Comunicación canina: la importancia de escuchar y respetar las señales

En la fascinante relación entre personas y canes, la comunicación juega un papel fundamental. En numerosas ocasiones queremos una comunicación canina con nosotros, pero sin ladrar, sin gruñir, y a poder ser, sin ser perros. Y yo me pregunto, ¿realmente deseamos la comunicación canina efectiva?

En este artículo, descubriremos cómo establecer un vínculo más profundo y respetuoso con tu perro. Prepárate para adentrarte en el fascinante mundo de la comunicación canina y descubrir si realmente estás permitiendo a tu perra establecer una conexión más sólida y significativa a través del respeto de lo que quiere expresarte.

Porque para querer que alguien se comunique contigo, lo primero de todo es querer escucharle. Y los perros hablan, se comunican, nos dicen lo que quieren, lo que no, por dónde prefieren ir, qué les interesa o qué no pero la mayoría de las veces o se les ignora una y otra vez provocando que dejen de comunicarse, o incluso se les castiga por expresarse.

Para fomentar la comunicación con tu perro, debes estar dispuesto a aceptar ladridos, gruñidos…, y que sí, aunque te duela, prefiera hacer otras cosas diferentes a las que tú le propones.

¿Qué pasa si reprimimos la comunicación de nuestro perro?

Esto sí que es un error grave. Cuando reprimimos con un “chss”, o un “toquecito”, un empujón un gruñido que nos está dando nuestro perro por alguna razón, lo que le estamos diciendo es que esa forma de comunicar no es opción; pero estamos haciendo caso omiso de lo que el perro quiere contarnos. Por lo que, el perro seguirá intentando transmitir el mensaje, pero esta vez, pasará a una comunicación más intensa puesto que la opción del gruñido no está disponible, y entonces marcará.

Es así como se va construyendo esa historia del perro que no avisa, o no da señales. Ese perro que muerde de repente. Y nada más lejos de la realidad. Es que a ese perro que avisaba, se le dijo que no siguiera avisando, sin tener en cuenta lo que quería decir.

¿Escucharle quiere decir que siempre le hagamos caso en todas sus peticiones? No, obviamente, hay que aplicar el sentido común. Pero sí hay que respetarlas y dar la opción de desarrollarlas de vez en cuando.

¿Cómo puedes hacer caso a su comunicación?

Pues por ejemplo, en un paseo. Cuando el perro quiere ir por otro sitio diferente al que propones, y te mira, orienta su cuerpo hacia ese lugar que le parece maravilloso. Ahí puede llegar un “Te escucho” y acompañar a tu perro al lugar donde quería ir. ¿Qué va a ocasionar eso? Que tu perro sepa que estás ahí, que puede decirte las cosas.

¿Y para qué dejarle decidir?

Pues por ejemplo, puede ser que se vaya a acercar un perro que no le gusta, y en vez de tener que ladrar para que se vaya, pueda pedirte salir, alejarse.
Así que ahora ya no hay excusa para que no escuches a tu perro y empecéis a tener una comunicación de verdad.

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