Es desconcertante, ya que cuando piensas que ese animal no quiere cuentas contigo, te sorprende con un gesto tan tierno como compartir su siesta contigo.
Este gesto de buscarte para dormir sobre ti es más importante de lo que piensas. Los gatos pasan la mayor parte de su día durmiendo. Un gato puede dormir de 12 a 20 horas en función de su edad y estado de salud, así que para cuando tu llegas a casa, él ya te saca unas cuantas siestas de ventaja. Sin embargo, no hay ninguna cabezada para él como la que da sobre tu cuello o tripa.
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