¡El mayor trauma de todos los perros! La tan temida visita al veterinario. Cuando llevas a tu perrito al veterinario, ¿no te sucede que gruñe, intenta retroceder, se acuesta en el suelo, se retuerce, tiembla como una hoja o empieza a ladrar como un loco? Todo esto es la ansiedad que sufre el animal al ser arrastrado contra su voluntad a un lugar que es maligno para él.