Todavía hay vida animal en el antiguo zoológico de Matecaña

Con la nostalgia de los años idos, visitamos el antiguo Zoológico Matecaña y comprobamos el buen estado de salud de los animales que aún lo habitan.
Tomado de La Tarde.com

El 70% de los cuidadores es personal que anteriormente perteneció a la nómina
de la Sociedad de Mejoras de Pereira en el zoológico Matecaña. Hoy están
completamente asimilados. Fotos de Juan Guillermo Gaviria / La Tarde.

Sin visitantes, pero con un completo equipo médico y de cuidadores, permanecen los 200 animales que aún no han sido trasladados al Bioparque Ukumarí y que hacen parte de la colección del antiguo Zoológico Matecaña. A Ukumarí se han trasladado más de 100.
Dos vigilantes permanecen a la entrada, impidiendo el ingreso de extraños y especialmente de orates, más que controlando las visitas, porque el Matecaña cerró definitivamente sus puertas al público el pasado 30 de abril.
Los habitáculos de buena parte de los ejemplares de la Zona Tropical Andina permanecen desiertos desde el 30 de septiembre; fueron abandonados por sus viejos huéspedes que hoy disfrutan de mayores comodidades.


El aviario, uno de los más apasionantes atractivos, está vacío y hace parte de un pasado melancólico.
Algunas especies andinas, no se embarcaron en la primera mudanza porque tenían problemas de adaptación que es necesario corregir previamente.
Otros, muy pocos, están delicados de salud. Es el caso de un perro de monte que deberá ser sometido a una intervención quirúrgica por una enfermedad congénita.
“Está aquí en la clínica porque nació con una involución de las pestañas que le crecen hacia adentro, y estamos a la espera de contactar un oftalmológo que nos colabore para iniciar el procedimiento, corregírselo y poderlo trasladar”, expresó la bióloga Miriam Paola Salazar Jaimes.


En el Zoológico que antes perteneciera a la Sociedad de Mejoras de Pereira, permanecen también algunos peces y especies menores, los invertebrados.
El oso americano seguirá en el viejo parque quizás hasta el final de sus días.
A sus cerca de 40 años, su edad equivale a 80 años de un humano, y se teme que no pueda adaptarse al nuevo espacio.
Allí permanecerá junto con otros “adultos mayores” de la fauna silvestre, que requieren cuidados especiales en una zona de descanso.


Preguntas y respuestas



Entrevista con la bióloga Miriam Paola Salazar Jaimes.
¿Cuál es su diagnóstico sobre el estado de salud de los ejemplares que hay en los dos parques?
Estamos avanzando en procesos de valoración médica y aplicando el programa de medicina preventiva que debe ser todo el año, se están haciendo tomas de análisis clínicos, y procesos de balanceo nutricionales.
¿Y qué se ha detectado?
Algo de sobrepeso, porque la colección históricamente venía siendo manejada con dietas grupales. Había una dieta específica para casi todas las aves, para todos los herbívoros, para todos los carnívoros, pero no había una separación por especie, y en fauna silvestre cada especie tiene unos requerimientos nutricionales distintos. Lo que le sobre a uno en la dieta le puede hacer falta a otra especie.
¿Qué afectación ha tenido la soledad del lugar sobre los animales que se quedaron en el Matecaña?
El cambio ha sido más positivo que negativo. De hecho, los animales que más tenían la tendencia a acercarse y a interactuar con la gente eran los monos, ellos ya fueron trasladados a Ukumarí, y como están en condiciones de vivienda donde no hay contacto directo con las personas, empezamos a encontrar que los animales ya se vuelven a comportar como grupo, más en comportamiento de tropa, buscan los alimentos forrajeando todo el día, ya tienen sus propios momentos de ser primates y eso es positivo en términos de la experiencia del visitante y le permite comparar lo que es el amansamiento, que lo único que logra en la fauna silvestre es deteriorar al animal y relacionarlo equivocadamente con la naturaleza. Nos hacen generar sentimientos de apropiación que no son bien dirigidos y hacen lastimar al animal, a veces hay amores que matan.
¿Cuáles serán los próximos en embarcarse hacia su nuevo hábitat en Ukumarí?
La sabana africana en Ukumarí está compuesta por los rinocerontes, elefantes, la vaca watussi, ónix, cebras, suricatas. A Ukumarí vienen también la grulla, la grulla coronada, patos pisicí, el antílope gongo junto con las jirafas, aunque esas no van a estar en este primer periodo, porque todavía estamos en proceso de trámites de importación, que va a ser un proceso largo.
Fuente: este post proviene de Stop al maltrato animal, donde puedes consultar el contenido original.
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