A los perros desde pequeños, o desde que entran en casa, los acostumbramos a perseguirnos por toda la casa, porque nos hace gracia, porque nos divierte, porque nos gusta tenerlos siempre cerca, o porque simplemente nos da igual. Sin duda educar a un perro excesivamente dependiente de su amo es algo difícil pero no imposible.
Nos puede dar igual cuando el cachorro es juguetón y le gusta jugar con nuestros pantalones, zapatillas, jugar con nuestras piernas a no dejarnos caminar... Como juego, es divertido, incluso es un vínculo que nuestro cachorro o el perro que entre en casa, hará con nosotros como haría con su madre, mediante el juego. Educar a un perro excesivamente dependiente de su amo es algo muy valioso y necesario para la independencia de la mascota.
Pero después de estos momentos de juego, ya sea cachorro, adulto, adulto, adoptado o regalado, el perro debe de saber cual es su sitio. Si no tiene claro que cuando tu caminas por la casa, ya sea para limpiar, estudiar, trabajar, ordenar... él debe estar tranquilo, a su aire y en su camita, harás de él, un perro demasiado dependiente e inestable dentro de su propia casa. Ya que cuando tú no estés a su lado, te levantes o camines, él no sabrá qué hacer y, por tanto, simplemente te perseguirá.
Es en este seguimiento cuando nos encontramos perritos sentados frente a nosotros cuando estamos aseándonos, cuando cocinamos o mientras nos arreglamos para salir, con el consiguiente estado de ansiedad por su parte y nos preguntamos porqué tiene esa actitud, de no saber muy bien qué hacer mientras te observa.
Para que un perro esté completamente estable y tranquilo en su casa, deberá saber qué es lo que puede hacer y lo que no. No dudes en educar a un perro excesivamente dependiente de su amo, ya que esto te garantizará la madurez e independencia de tu perro.
Habrá momentos de juego, o de seguimiento, los normales, los que tu permites, hasta el punto en el que el perro ya no vaya a hacer una actividad contigo, por la casa; entonces, es cuando deberá estar tranquilamente en su camita, su sitio, o donde más le guste o apetezca estar en ese momento, pero no persiguiéndote. Así sabrá que mientras tu deambulas por la casa, el podrá jugar en su mantita, tomar el sol, dormir, jugar con sus juguetes....estar tranquilo, en dos palabras.
Con esto conseguiremos también, que en esas tardes tranquilas de domingo, mientras ves una película tranquilamente en el sillón, o descansas de tu trabajo tumbado en tu diván, cuando te levantes a por una taza de te o un vaso de agua, tu perro no crea que porque te levantes, te vas a perder o tenga que averiguar qué es lo que haces a cada momento. Para él no es de agrado, estar tranquilo y tumbado, incluso durmiendo, y levantarse precipitadamente, porque tu te has movido del sillón, o has cambiado de habitación en la casa. Un perro estable, se quedará dormido en su sitio, descansando, tranquilo, jugando, mientras tu te mueves libremente por tu casa. Si no conseguimos esta estabilidad, el perro nos pedirá comida mientras cocinemos, estará debajo de nuestros pies cuando nos apetezca y cuando no, y él mismo, no disfrutará de una plena tranquilidad ni sueño profundo mientras tu estés trajinando en casa.
¿Cómo conseguirlo?
1- Cuando ya hayas jugado con él, cuando ya os hayáis saludado a tu vuelta en casa, cuando subáis de la calle, cuando estés comiendo, cuando estés cocinando... Si tu perro te persigue, allá donde tu vayas, deberás ordenarle y enseñarle dos o tres palabras, siempre las mismas, para que vaya a su sitio, su camita, su manta, etc., y que quede allí quieto, aunque tu pasees por delante de él mil veces. Al principio, cuando pases por delante, te querrá perseguir, porque no sabrá qué hacer, cómo debe actuar... Entonces deberás decirle firmemente las palabras con las que le indiques que debe estar sentado o tumbado en su sitio, pero no perseguirte o estar donde estés tú.
2- Hay que ser firme, tener constancia, y ordenarlo cada vez, no vale con dejarlo a veces y otras veces no, según nos convenga... Esto, mientras le estés educando, enseñando y acostumbrando a estar estable.
3- Si ya tienes un perro estable y educado en esta disciplina, y te apetece que de vez en cuando vaya a verte, a veces y por momentos, en los que tú ves que es sólo un saludo, un cariño, un invite a jugar o simplemente ir a darte un lametón, no nos parezca extraño ni agobiante, ellos necesitan demostrar su cariño y devoción a veces, no seamos desagradecidos... ¡¡démosles un gran achuchón y abrazo!!
Ten un perro estable en casa, te será todo mucho más cómodo y más fácil, y él sabrá cómo estar tranquilo cuando sea el momento de estarlo.
Por Rosary Gómez, Técnica de Veterinaria
GuardeCanEnCasa - Guardería de perritos en mi casa (Madrid)
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Foto: The Consumerist / Flickr.