Y no nos referimos al pez grande y amarillo de la imagen (Zebrasoma flavescens) sino a los dos pececitos alargados que aparecen a su izquierda, desparasitándolo. Ellos forman parte de la inteligente especie que ha demostrado tener autoconciencia.
Según ha publicado en un artículo la revista BioRxiv, los investigadores de la Universidad de Osaka (Japón) han descubierto, que el comúnmente conocido como lábrido limpiador, es el primer pez que ha pasado una prueba de autoconocimiento. Esta consiste en situar al animal delante de un espejo y hacerle una marca con gel de color en su cuerpo. Marca que solo pudiera ver gracias al espejo. Por lo tanto, si este tratara de quitarse la marca o indicara signos de ser consciente de tener algo ajeno a su cuerpo, significaría que se reconoce a sí mismo en el reflejo.
Y así sucedió. Según explica la revista New Scientist, los investigadores aplicaron una mancha de gel en las cabezas de ocho ejemplares de lábridos limpiadores, y todos menos uno pasaron más tiempo en posiciones donde el gel era visible en su reflejo. Después, varios intentaron rascarse esa zona de su cuerpo contra partes de su entorno. Sabían que había algo extraño en su cuerpo y pasaron la prueba.
Aún así, los investigadores han sido precavidos en cuanto a la resolución del estudio: “No consideramos que la exitosa respuesta del comportamiento a todas las fases de la prueba de la marca deba ser tomado en evidencia de autoconocimiento, sino que el pez logra comprender que el espejo es un reflejo que representa su propio cuerpo”, decían.
Hasta ahora solo grandes especies como primates, delfines o elefantes habían denotado signos de autoconocimiento, por lo que es un gran descubrimiento en el campo de la inteligencia animal.
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