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Poppy era un gato que fue reconocido oficialmente el 19 de Mayo por Guinness World Records como el más viejo del mundo después de que Pinky (otro gato de Kansas) falleciera el año pasado con 23 años.
Su dueña, Jacqui West, contaba que el animal estaba ciego y sordo. Pero nada de eso fue el causante de su muerte, sino una infección generalizada y un problema en las patas traseras.
Vivía en Bournemouth (Reino Unido) y cumplió 24 años, que en los humanos sería 114 años. Y aunque su familia sabía que llegaría este día, están devastados por su repentina pérdida, ya que hacía nada que había conseguido el Premio.
“Tuvo una mala semana. Se le recetó antibióticos a causa de una infección y sus patas traseras parecían no responder. No estaba sola en absoluto, pero a los dos días falleció. Habíamos pasado todo el día con ella mientras estaba particularmente mal” dijo West. “Ahora la hemos enterrado en el jardín, junto a todos los otros animales que hemos tenido que han fallecido”, añadió.
La organización Guinness de los Récords acompañaba la triste noticia de la muerte de la gata con comentarios curiosos como “Poppy nació en febrero de 1990, el mismo mes que Nelson Mandela fuera liberado de prisión”.
Daily Mail