Generalmente es debido a que anteriormente lo han estado y mientras tanto han recibido un sinfín de mimos y cariños. Y claro, intentan a toda costa seguir recibiendo privilegios aunque sea fingiendo que la enfermedad se prolonga.
Es simplemente el mecanismo psicológico de los perros cuando ven que toda esa atención extra que se les daba cuando estaban enfermos ha disminuido a medida que se recuperaban. Así seguirán siendo el centro de atención. El razonamiento es tan lógico que cabe en la cabeza de los perros: “si actúo con normalidad me ignoran, y si estoy enfermo me cuidan”.
En parte, puede llegar a ser culpa de los dueños si se exceden en sus cuidados cuando su perro está malo. Darle innumerables manjares, contínuos masajes y caricias, o estar siempre a su lado, puede tener efectos contraproducentes.
Si tras un episodio de este tipo, tenemos la sospecha de que nuestro perro está fingiendo para seguir recabando nuestra atención, no hay más que observarle sin que se de cuenta para ver cómo cambia su comportamiento cuando nos ausentamos. En caso de que confirmemos la sospecha, bastará con dejar de preocuparnos tanto para que asocie que estar enfermo no conlleva ninguna “recompensa” más y él solo irá cambiando de comportamiento.
¿Habéis tenido algún caso similar?
Más información de personas