Es una enfermedad que suele pasar desapercibida a los propietarios en los primeros estadios, cuando la cojera no es evidente o es estacional. La cojera, la movilidad restringida, la resistencia al movimiento, y el dolor son algunos signos de esta enfermedad.
El tratamiento ha de ir enfocado a aliviar el dolor y disminuir la inflamación. El empleo de antiinflamatorios no esteroideos (AINE) para el control del proceso es clave porque mejora la calidad de vida del perro con artrosis y además porque el propio dolor contribuye al empeoramiento de la enfermedad.
Tambien un programa de ejercicios controlado por su veterinario ayudará a mantener el mayor grado de movilidad en las extremidades afectadas.
En la web www.tratamientoartrosisperro.com encontrarán información técnica y consejos veterinarios sobre esta enfermedad que afecta ya a uno de cada cinco perros.
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