Gordo ya no es el cachorro que solía ser, pero sigue siéndolo en su corazón.
A medida que Gordo ha envejecido, hemos tenido que hacer ajustes a su rutina regular. Ya no camina tanto como antes. Ahora da más paseos por el Rancho en el carrito al que le llamamos “La Mula”. Tratamos de visitar con él todos los días, los lugares que él solía visitar cuando podía caminar por horas sin cansarse.
Ahora más que nunca, Gordo necesita que lo mimemos más, le prestemos más atención y le hagamos la vida más fácil.
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