Gary no solo sobrevivió, sino que fue la única de su camada que lo logró. Su madre la alimentó durante las 8 semanas que pudo, después esta gatita cayó en los brazos de sus nuevos dueños, los cuales la han tratado con el mayor cariño del mundo y la han consentido.
Sus dueños son su cama favorita.
Juegan con ella...
Y para que no le faltara amor introdujeron en casa a una amiga felina, Artemis.
Gary la recibió cuando llegó, un mes después, con los brazos abiertos, y ahora son muy amigas.
Está es la historia de Gary, menos mal que aun siendo una gatita prematura en una camada en la que ningún otro gato sobrevivió, ella pudo armarse de valor y fuerza y consiguió seguir adelante. Lástima que sus hermanos gatitos no lo consiguieran y no puedan ver lo feliz que es su hermanita, aunque seguro que Gary se encarga de disfrutar del día a día por todos ellos. ¿Qué os ha parecido esta historia?
Fuente: zoorprendente
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