La disciplina es una de las bases primordiales en el adiestramiento canino, es absolutamente necesaria para tener un perro equilibrado. Gracias a la disciplina puedes evitarte una cantidad increíble de problemas de comportamiento, desde algo tan tonto como ladrar al mínimo ruido hasta la agresividad…¿Y por qué? Porque el perro lo necesita, simplemente.
Si pones un poco de disciplina en tu día a día, tu mascota no sólo abandona esos hábitos que tanto te molestan, y que incluso temes, sino que se vuelve más dócil, atenta, cariñosa.
Es la falta de disciplina, en realidad, la que hace que tu perro no sea exactamente el perro con el que soñabas cuando lo trajiste a casa, ¿sabías eso? Pero si cambias eso podrás comenzar a enseñarle a tu mascota cómo comportarse, qué debe hacer para que estés feliz, y créeme si te digo que eso es lo que tu perro quiere: tu felicidad y tu orgullo.
Sé que tienes tus dudas. ¿Por qué la disciplina es tan importante? Y además, ¿de qué estamos hablando, de gritar y golpear a tu perro? ¡No, en absoluto! Se trata de poner unas normas, como las que pones con tus hijos. Se trata únicamente de enseñarle, con firmeza, con seguridad pero jamás con agresividad, lo que está bien y lo que está mal. Él aún no lo entiende, debe aprender.
El perro es en origen un animal jerárquico. Viene del lobo, ¿no? Y el lobo vive en manada, tiene un líder y sus seguidores. El perro no es diferente en esto: quiere un líder, y si no lo tiene, se convierte en uno. ¡Ese es un problema! Es cuando ocurren más y más problemas de comportamiento. ¿El ladrido? ¿La agresividad? ¿El marcaje? Todo esto puede ser fruto de la dominación.
Así que podemos decir que la jerarquía y la disciplina son necesidades básicas inherentes a su naturaleza, y necesita que esas necesidades se vean suplidas. Dale disciplina y lo harás más feliz.
Como he dicho, no se trata de gritar ni golpear, eso jamás. En realidad lo que debes hacer es un ligero cambio de actitud, unas premisas muy simples y sencillas que ahora mismo te voy a detallar:
- Pon unas normas. Piensa en las normas que debe haber en tu casa. ¿Puede tu perro subir al sofá? ¿Puede dormir en tu cama? ¿Le permitirás morder tus zapatos? ¿Dejarás que coma cuando quiera? Piensa en todo aquello que quieres, y en todo lo que no quieres, y empieza a apuntar las normas que deben ser puestas para cumplir con todo. Es buena idea escribirlas.
- Haz cumplir esas normas. Esto se trata básicamente de ser más cabezota que tu perro. Él puede intentar desobedecer una de tus normas, por ejemplo, subir al sofá sin que tú se lo quieras permitir. Jamás cedas. No importa cuántas veces lo intente, tú siempre vuélvelo a bajar. Es una cuestión de dominación: el jefe es más testarudo y jamás da su brazo a torcer, y por tanto, tú tampoco debes hacerlo.
- Seguridad. No titubees ante tu perro, no dudes ni te rindas diciendo “bah, qué más da”. Siempre sé seguro de ti mismo. Jamás tengas dudas, porque si lo haces él pensará que no tienes madera de líder y tomará el puesto.
Estas son las tres bases de la disciplina. Fácil, simple, y no supone ningún gran esfuerzo. Se trata únicamente de salirte con la tuya en lugar de dejar que su carita de ángel se salga con la suya.
Empieza ya, ahora mismo, a idear las normas que quieres para tu cosa. No te demores, no lo dejes para mañana, es algo que puedes comenzar de inmediato, y que será positivo para ti, para tu perro y para todo el hogar.
Claro que el adiestramiento canino no es sólo disciplina. También está el ejercicio, la alimentación, comprender la mente del perro,…Pero por ahora no quiero extenderme.
Si quieres conocer más, si quieres saber más sobre cómo educar a tu mascota, entonces te sugiero que te suscribas a mis consejos, donde espero poder darte información muy útil sobre el adiestramiento canino.
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Marcos Mendoza