1) A veces no tenemos por qué llegar a la eutanasia, a veces sostener el amor hasta el momento final puede ser enriquecedor (aunque claramente triste). Otras veces sí es humanitario realizar la eutanasia, pues la patología que tiene nuestro compañero lo ha consumido y sólo lo sostienen máquinas o fármacos que no le aportan ninguna calidad de vida.
2) Podemos, sea el caso que sea, aportar terapia vibracional mientras nuestro amigo se va. Nunca es descartable: bien le podemos dar Reiki, EFT, de forma que no molestemos en nada al animal (quizás está débil o dolorido y no soporta el tacto), o bien que le demos confort (otras veces el animal desea unas manos amigas sobre sí, que le acompañen hacia el otro lado, mientras recibe caricias o reiki).
3) Podemos dar flores de Bach a todos los implicados, a los que nos quedamos necesitaremos esencias de shock, duelo, tristeza. Y el que se va necesitará esencias para poder marchar en paz.
4) Tenemos múltiples textos que nos acompañan el alma en estos momentos de duro tránsito, como este acerca de cosas que podemos hacer/decir, para poder sentir que acompañamos a nuestro amigo con amor (llenos de tristeza, pero con amor), ya sea en casa hasta que él decida irse, ya sea en el hospital veterinario. Hay muchos profesionales que sabrán apoyarte, ni que sea a través de un buen texto o unas palabras en vídeo: mira aquí los recursos que seleccioné que desarrollan estos 4 puntos.
Un abrazo en estos días de Todos los Santos... de recuerdos... de paz.
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