La readaptación
Así como ha ocurrido en cada fecha internacional, como país y en lo personal, la adaptación al mes más importante del año no se hace esperar. En un franco pero tétrico equilibrio el mundo se mueve entre la vida, la enfermedad y la muerte de manera más rápida y cruenta que lo que ha sido para los contemporáneos en décadas.Para otros, la necesidad de mantener la esperanza en la vida, las costumbres y valores, les instan a ser más fuertes contra los embates del mundo. Por eso, se busca comprar todo para las fiestas, colocar bellas imágenes para navidad tanto virtuales como físicas, con el fin de estimular esos sentimientos hermosos, reconfortantes y que deben seguir en pleno en estas y todas las navidades, así como en el resto del año.
Las navidades como fortaleza
Quienes entiendan que la Navidad es el mayor regalo, el mejor alimento, el ropaje de nuestra alma, el lugar donde estuvimos, estamos y estaremos mientras nuestros corazones latan, podrán hacer de estas y las navidades futuras el bastión de consuelo para el caído, para quien perdió a un ser querido, para quien su trabajo es insuficiente, para quien ve a su pueblo tan junto y a la vez, desunido y perdido.La magia de las navidades no es hacer lo que la anarquía como humanos nos haga pedir y que si no es, abandonamos. Es seguir construyendo aún en los derrumbes. La vida es lo único que se construye con ensayo y error, pero siendo justos, humanos y firmes, se puede edificar la esperanza colectiva.
Las navidades de ahora en adelante dependen más de nosotros, aprovechando los regalos más grandes que se puede tener: la vida y la inteligencia emocional.