El lebrel afgano es una de las razas más antiguas de las cuales se tiene constancia. De hecho, ya en el año 1000 a. C. fueron encontrados y registrados en las montañas de Afganistán y en el este de Irán. Debido a sus grandes similitudes, se cree que pueden derivar del saluki, el perro real de Egipto.
Asimismo, este hermoso animal puede encontrarse, a día de hoy, en multitud de países. En parte, debido a su hermoso pelo largo, siendo especialmente utilizados en concursos caninos de belleza. Igualmente, gracias a su sorprendente agilidad y destreza, son también empleados como cazadores o para pastoreo.
Un tesoro bien guardado
No cabe duda de que todos los galgos se han originado de un mismo perro, evolucionando según la región donde se reproducían. Y así, la irregularidad del terreno montañoso que anida en Afganistán, con continuos cambios bruscos climáticos, le dio al galgo afgano la particularidad que lo distingue de los demás galgos: la articulación en la cadera con eje de rotación, para poder volver sobre sus cuartos traseros con la rapidez y agilidad necesarias para seguir a sus presas.Los sehikhs, un pueblo afgano del triángulo Balkh-Chitral-Ghazni, guardaban celosamente esta raza, a la que consideraba como uno de sus tesoros nacionales. Había grandes dificultades para adquirir ejemplares y las pocas personas que conseguían persuadirlos de entregar uno de ellos se encontraban con un gran obstáculo: las rigurosas reglas contra la exportación, puesto que se consideraba que todos los galgos afganos pertenecían al monarca.
Con el colonialismo británico en el Índico, este perro entró en Occidente. Una dama perteneciente a las altas esferas de la sociedad británica, la señora Whitbtread, consiguió una pareja de estos ejemplares y, cuando a principio de siglo murieron, cedió sus cuerpos al Museo Británico de Arte Natural, donde todavía se conservan.
En 1925 fue fundado el primer club dedicado al perro afgano, The Afghan Hound Club, en Inglaterra, siguiéndole otros muchos debido al enorme interés que despertó la raza en este país y que ha ido creciendo hasta nuestros días. En España, la primera hembra que fue inscrita en el Libro de Orígenes Español (L.O.E.) data de 1954 y fue importada de Gran Bretaña por el propietario de un famoso criadero en Jaén.
Características asombrosas
Entre sus muchas características sobresalen su deslumbrante manto y su aptitud cariñosa. Además, posee una valorada altura, esbelta figura y unos rasgos bien perfilados que lo ensalzan para numerosos concursos. En cuanto a su carácter, a pesar de ser realmente fiel y tierno, le cuesta mucho reconocer que él no es el líder y, cuando considera que una reprimenda no está bien dada, puede aislarse y no obedecer al dueño.Su composición física también es verdaderamente peculiar, ya que es un perro de gran tamaño pero de conformación ligera. Tiene el pelo muy largo y liso, que destaca también por ser fino y espeso, excepto en el hocico, que se presenta corto. El abundante crecimiento del manto se debe a que este can no sufre ninguna muda, creciendo el pelo sin parar durante todo su ciclo vital, llegando incluso hasta el suelo. De ojos marrones, habitualmente oscuros, y orejas anchas y largas, el galgo afgano mide su elegancia a través de la rectitud de su cuello, que debe sostener la cabeza con dignidad.
El macho tiene un peso de 27 kilogramos aproximadamente, mientras que la hembra se mantiene en los 23, más o menos. Para que un afgano presuma de tener la altura adecuada, debe medir de 66 a 73 centímetros si es macho, o de 61 a 69 si es hembra. La diferencia que hay entre la talla y el peso se debe, principalmente, a que se trata de un animal acostumbrado al ejercicio diario. Todas estas peculiaridades hacen de este can un ser de apariencia alegre y distraída, debido a su mirada que da la sensación de quitar importancia a todo lo que le rodea.
De cazador a animal de compañía
El lebrel afgano es un galgo corredor y valiente cazador que parece desconocer el miedo. No da jamás un paso hacia atrás cuando su adversario es potencialmente más fuerte; su victoria está basada en la rapidez, la astucia y en el conocimiento de las partes débiles del contrario. Es además el único galgo que posee aptitudes innatas de pastor. Muchos consideran inexplicable el gran equilibrio entre su carácter y sus aptitudes. Parece incompatible en un can la dureza y la elegancia, el ser cazador con las actividades pastoriles de vigilancia y guarda, una contradicción que en el afgano es absolutamente normal.El galgo de Afganistán, a pesar de ser un animal aparentemente frío, es un perro extraordinariamente sensible y por este motivo no puede soportar pasar a un segundo plano o cualquier actitud que le pueda hacer creer que ha sido postergado. A pesar de que no está constantemente realizando actos de demostración de afecto hacia su amo, en ningún momento prescinde del vínculo de la amistad que le relaciona con el hombre.
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