Lemur de cola anillada (Lemur catta) Fauna, animal, mamifero (Video)

El lémur de cola anillada (Lemur catta), es una especie de primate estrepsirrino de la familia Lemuridae. El lémur de cola anillada es la única especie dentro del género monotípico Lemur y, al igual que otros lémures, se encuentra únicamente en Madagascar. Se le conoce localmente como hira o maky (maki en francés), y habita en los bosques de ribera y matorral espinoso de las regiones del sur de la isla. Es un animal omnívoro y el más terrestre de los lémures; de comportamiento diurno, se mantiene activo exclusivamente durante las horas con luz del día.

Es una especie altamente social que vive en grupos de hasta treinta individuos, y en los cuales se manifiesta un dominio social de las hembras, comportamiento común entre los lémures. Para conservar el calor y reforzar los vínculos sociales, los grupos se acurrucan juntos, formando una «bola de lémures»; les gusta tomar el sol, sentándose erguidos y mostrando la parte ventral, de piel blanca y más delgada. Al igual que con otros lémures, el sentido del olfato es particularmente importante para ellos, y marca el territorio con sus glándulas odoríferas. Los machos tienen un comportamiento único de marcaje oloroso denominado «marcado de espolón» (spur marking, en inglés), y participan en una especie de «luchas apestosas» frotándose la cola con sus glándulas de olor de las muñecas, y luego azotándola hacia los machos oponentes.

Es uno de los primates más vocales, y utiliza numerosas vocalizaciones, como llamadas de cohesión de grupo y de alarma. Se ha demostrado experimentalmente que estos lémures, a pesar de no contar con un cerebro de gran tamaño (en comparación con los primates simiformes), pueden organizar secuencias, comprender operaciones aritméticas básicas y seleccionar preferentemente instrumentos basándose en sus propiedades funcionales.

Aunque está clasificado como especie casi amenazada en la Lista Roja de la UICN, y está amenazado por la destrucción de su hábitat, se reproduce fácilmente en cautividad y es el lémur con mayor población en zoológicos a nivel mundial, con unos 2000 individuos. Vive generalmente entre 16 y 19 años en la naturaleza y unos 27 años en cautividad.

 
Etimología
El nombre del género, Lemur, fue asignado por Linneo, el fundador de la nomenclatura binomial moderna, para describir inicialmente a tres especies, pero pronto fue asociado a todos los primates endémicos de Madagascar. El nombre proviene del latín lemŭres, espectros o espíritus de la muerte conocidos como larvae o lemures en la Antigua Roma. Linneo estaba familiarizado con los trabajos históricos de Virgilio y Ovidio y sus referencias a la Lemuralia o festival de Lemuria, durante el cual los espectros conocidos como lemures eran exorcizados. Como una analogía con estos fantasmas de la mitología romana, creó el término Lemur para incluir a estos primates prosimios por los hábitos nocturnos y el aspecto fantasmal de lémures y loris, así como sus movimientos silenciosos por la noche, sus también fantasmales ojos reflectantes y sus gritos. También es posible que los pobladores malgaches le contaran algunas leyendas que hablan de los lémures como las almas de sus antepasados.

El nombre de especie, catta, fue debido al aspecto felino del lémur de cola anillada, y porque su vocalización ronroneante es similar a la del gato doméstico (cat, en idioma inglés).

Dieta
Es un primate omnívoro oportunista, aunque su dieta está formada fundamentalmente por fruta y hojas, en especial las del tamarindo (Tamarindus indica), conocido localmente como kily. Cuando está disponible, el tamarindo conforma el 50% de su dieta, sobre todo durante la temporada seca invernal. Se alimenta de no menos de tres docenas de especies de plantas diferentes, y su dieta incluye flores, hierbas, corteza y savia. Ha sido observado comiendo madera en descomposición, tierra, telarañas, larvas de insecto, artrópodos (arañas, orugas, cigarras y saltamontes) y pequeños vertebrados (aves y camaleones). Durante la temporada seca se vuelve más oportunista.

Organización social
Los grupos de lémures de cola anillada están clasificados como «grupos multimachos», y el núcleo dominante es de estructura matrilineal. Como en el caso de la mayor parte de lémures, las hembras dominan socialmente a los machos en todas las situaciones, incluso en la prioridad a la hora de alimentarse. El dominio se hace valer embistiendo, persiguiendo, abofeteando, agarrando y mordiendo. Las hembras jóvenes no siempre heredan el rango de su madre y los machos jóvenes abandonan el grupo entre los tres y los cinco años de edad. Ambos sexos tienen jerarquías de dominio separadas; las hembras tienen una jerarquía definida mientras que la de los machos está asociada a su edad. Cada grupo tiene entre uno y tres machos adultos dominantes que se relacionan con las hembras en mayor medida que los demás machos y encabezan las marchas del grupo junto a las hembras dominantes. Los machos transferidos recientemente, los machos viejos o los jóvenes que todavía no han abandonado su grupo natal son por lo general los de menor rango, permanecen en la periferia del grupo y tienden a ser marginados de la actividad grupal.

En el caso de los machos, los cambios de estructura social pueden ser estacionales. Durante el período de seis meses entre diciembre y mayo algunos machos se trasladan entre grupos; los machos establecidos se cambian cada 3,5 años, aunque los jóvenes pueden trasladarse cada 1,4 años. La disgregación de grupos ocurre cuando se hacen demasiado grandes y los recursos escasean.

Por las mañanas, el lémur de cola anillada toma el sol para calentarse; se pone sentado de cara al sol en una postura que se ha descrito con frecuencia como una especie de «adoración» o de posición de loto. Sin embargo, los lémures se sientan con las piernas extendidas, no con las piernas cruzadas, y a menudo se apoyan en ramas cercanas. Esta costumbre de tomar el sol a menudo es una actividad de grupo, en particular durante las mañanas frías. Por la noche, los grupos se dividen en pequeñas agrupaciones de durmientes que se acurrucan muy juntos para mantenerse calientes. Un grupo de lémures de cola anillada acurrucados se conoce como «bola de lémures» (lemur ball).

A pesar de ser un animal cuadrúpedo estos lémures pueden levantarse y balancearse sobre sus patas traseras, por lo general para demostraciones agresivas. Cuando se ven amenazados pueden dar un salto en el aire y abalanzarse hacia adelante con sus cortas uñas y agudos caninos superiores en un comportamiento denominado «enfrentamientos de salto» (jump fighting). Este comportamiento es muy raro fuera de la temporada de cría, cuando las relaciones tensas son habituales y la competencia para conseguir compañeros es intensa. Entre otros comportamientos agresivos están la «mirada fija amenazante» (threat-stare), utilizada para intimidar o para iniciar una lucha, y un gesto sumiso conocido como «labios hacia adentro» (pulled-back lips).

Ocasionalmente se producen disputas fronterizas con grupos rivales, y es responsabilidad de la hembra dominante defender el territorio del grupo. En estos enfrentamientos los rivales utilizarán diversas actitudes agonistas, como la mirada fija, amagos de embestida y ocasionalmente agresión física, y concluyen cuando los miembros del grupo se retiran hacia el centro del territorio.

Estado de conservación
Además de figurar como especie casi amenazada en la Lista Roja de la UICN en 2008, el lémur de cola anillada está incluido desde 1977 el Apéndice I de la CITES, que prohíbe el comercio de especímenes de esta especie o sus partes. Aunque hay otras especies de lémur más amenazadas, el lémur de cola anillada, todo un icono de Madagascar, está considerado como la especie estandarte del país.

Hay tres factores que amenazan a esta especie. En primer lugar está la destrucción de su hábitat, que se inició hace casi 2000 años con la llegada de los humanos a la isla, que talaron los bosques para conseguir zonas de pasto y agrícolas, además de la extracción de maderas nobles para combustible y madera, así como la minería y el sobrepastoreo. Hoy en día, se considera que el 90% de la cubierta forestal original de Madagascar se ha perdido. El incremento de la población humana ha creado una demanda todavía mayor en la región sudoeste de la isla para obtener madera como combustible, carbón vegetal y madera. Los incendios para la limpieza de prados, así como la agricultura de rozas y quema destruyen los bosques. Otra amenaza es la caza para obtención de carne o la captura de ejemplares vivos para el comercio de mascotas. Finalmente, la sequía periódica habitual en el sur de Madagascar puede afectar a poblaciones ya en decadencia. En 1991 y 1992, por ejemplo, una severa sequía causó un ratio de mortalidad anormalmente alto entre crías y hembras en la Reserva Especial de Beza Mahafaly; dos años más tarde, la población había disminuido en un 31% y tardó casi cuatro años en empezar a recuperarse.

Reside en varias áreas protegidas dentro de su área de distribución, cada una de las cuales ofrece distintos niveles de protección. En la Reserva Especial de Beza Mahafaly, se ha iniciado una estrategia global de conservación in situ; no solo en la investigación de campo y gestión de los recursos se implica a estudiantes internacionales y a la población local (incluidos escolares), sino que se realiza una gestión del ganado en las zonas periféricas de la reserva y el ecoturismo beneficia a la población local.

Al margen de su menguante hábitat y otras amenazas, el lémur de cola anillada se reproduce y se mantiene con facilidad en cautividad, lo que, junto con su popularidad, hace que se haya convertido en el lémur más numeroso en los zoológicos de todo el mundo, con más de 2500 ejemplares en cautividad en el año 2009. También es el más común de todos los primates cautivos. Entre las instalaciones implicadas activamente en la conservación ex situ de esta especie se incluyen el Duke Lemur Center en Durham (Carolina del Norte), la Fundación para la Conservación del Lémur (Lemur Conservation Foundation) de Myakka City, en Florida, y el Grupo de Fauna de Madagascar (Madagascar Fauna Group), establecido en el Zoo de San Luis (Misuri). Debido al elevado éxito de la cría en cautividad, la reintroducción es una opción a tener en cuenta si las poblaciones salvajes continúan decayendo. Aunque las liberaciones experimentales han resultado exitosas en la isla Santa Catalina (Georgia), demostrando que los lémures cautivos pueden adaptarse fácilmente a su ambiente y desplegar un comportamiento natural, la liberación de ejemplares cautivos no está considerándose en la actualidad.

Las poblaciones de este lémur también pueden beneficiarse de la intervención ante las sequías, gracias a la disponibilidad de abrevaderos y árboles frutales introducidos, como en el caso de la reserva privada Berenty. Sin embargo, estas intervenciones no siempre son vistas favorablemente, ya que no permiten las fluctuaciones demográficas naturales. Se cree que la especie ha desarrollado su elevada fecundidad debido a su ambiente extremo, por lo que, interferir en este ciclo natural podría afectar a su base genética.

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