Esta preciosidad, es Morgan, mi bichita, una Dálmata que lleva un año conmigo. En casa es un cielo, se comporta aunque quiere que siempre la estén tocando y mimando, o jugando con ella, pero cuando cruza la puerta de la calle se transforma, se vuelve en un torbilleno; quiere correr, jugar con otros perros, ´siempre sin descanso. Como vivo junto a la playa, la llevo allí casi todas las tardes, al principio le daba miedo pero ahora se mete sola a nadar incluso con olas grandes para ella. En fin es increible.