Socks fue, por decirlo de algún modo, el primer gato viral. Calcetines, era el gato de los Clinton y fue el segundo gato en habitar la Casa Blanca, rompiendo con la tradición de los perros como mascota favorita de los presidentes de los EE.UU.
El carisma de Socks, que pertenecía a Chelsea, la hija del matrimonio Clinton, pronto lo convirtió en el centro de atención.
El gato de los Clinton aparecía en fotografías familiares y oficiales, e incluso era retratado en rincones de la Casa Blanca reservados en exclusiva al presidente.
Tantas aventuras de Socks retratadas y compartidas con el mundo, hicieron que la gente desarrollara un cariño especial por la mascota de los Clinton y se convirtiera en todo un atractivo. Puede decirse que Socks fue el primer gato viral, de la historia.
Socks vivió en la Casa Blanca entre 1993 y 2009, y logró desmitificar muchas creencias en torno a tener gatos como mascotas. Que el presidente de los EE.UU y su familia escogieran a un gato como mascota y lo situaran en una posición tan privilegiada de cara a la opinión pública, hizo que muchos se replantearan la idea de tener un gato como animal de compañía.
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