La nueva regulación estipularía que los dueños de los gatos registren a sus mascotas, les coloquen un microchip y las castren… pero sobre todo que cuando estos mueran no podrán tener un nuevo felino de compañía.
“Tu gato puede vivir su vida natural en Omaui, haciendo felizmente lo que hace. Pero cuando muera, no podrás reemplazarlo”, explicó Ali Meade, el gerente de operaciones de seguridad.
Con esta iniciativa, la agencia ambiental del gobierno Environment Southland, busca controlar las plagas que supuestamente representan los mininos ya que se les culpa de matar a millones de aves y mamíferos cada año.
Quienes no respeten la ley, tendrán múltiples avisos y sanciones que como último recurso separarán la mascota del propietario.
Esta situación ha generado un debate entre los ambientalistas que apoyan la causa pues los gatos destruyen la fauna silvestre y también quienes están del lado de los felinos que consideran que los gatos son la única forma de combatir a los ratones. ¿Pero alguien quiere pensar en lo hermosos y dulces que son? ¿No, nadie?