¿Quién no ha soñado alguna vez, siendo niño, con abrir alguno de los regalos de Navidad y encontrar en su interior un cachorro? Este deseo de la infancia, entendido una vez alcanzada una determinada edad, nos recuerda nuestra ignorancia respecto a la enorme responsabilidad que acarrea cuidar y mantener un animal de compañía. Hay padres que ceden a la insistencia y terminan comprando lo que, en la mayoría de las ocasiones, es un mero capricho. No hay que tomar a la ligera la concienciación previa que exige el hacerse cargo de regalar mascotas.
Regalar mascotas implica una profunda reflexión siempre, a lo largo de todo el año, independientemente de la época. Los pequeños de la casa sienten una especial predilección por los animales domésticos. Raro es el niño que no escribe a Papa Noel o a los Reyes Magos expresando su ferviente deseo de tener un perro para convertirlo en su compañero de aventuras. Sobre la conveniencia de obsequiar con un presente tan delicado, existen opiniones contrapuestas.
Demasiado bullicio
Por una parte, hay quien considera estos días muy favorables para abrirle las puertas a un perro o un gato porque es un tiempo en el que las atenciones se multiplican. "En principio, la época navideña parece un periodo propicio para aquellas empresas que se dedican a la venta de mascotas, y la verdad que es una época ideal, ya que el nuevo miembro podrá disfrutar de la compañía de toda la familia", afirma Germán Quintana, veterinario del Centro Veterinario A Marosa.Sin embargo, si analizamos la situación más de cerca, veremos que se trata de unos días en los que abundan las idas y venidas, además de los niveles de ruido, siendo incompatible este bullicio con la tranquilidad que necesita una pequeña mascota. Según Pilar del Cañizo, Presidenta de la Asociación Nacional Amigos de los Animales (ANAA), "no es el momento más apropiado de incorporar un animal como nuevo miembro al grupo familiar porque es un cambio importante en las costumbres cotidianas de la familia", añadiendo que "el animal necesita un periodo de adaptación, sobre todo en los primeros días, y en Navidad no se le podrían prestar tantos cuidados".
No es un juguete
Convencer a nuestros hijos de que no se trata de un simple juguete es un discurso difícil de trasladar a una mente infantil que aún no es capaz de pensar a largo plazo. "Los padres deben evaluar primero si no será ‘algo más’ a lo que no se prestará atención a los pocos días", aconseja Jorge Goldberg, veterinario de Tienda Animal. "Generalmente, si es muy deseado por el niño y hace tiempo que lo está pidiendo, suelen responsabilizarse de su mascota", recordando que "un niño no puede hacerse cargo nunca, por más buena voluntad que tenga, de todo lo que implica un cachorro en casa". En este sentido, la inversión económica que suponen los cuidados básicos corre a cuenta de los padres.Respecto a las obligaciones que trae consigo tan ansiada adquisición, Quintana afirma que "las mascotas pueden ayudar a los niños a asumir responsabilidades de forma gradual: sacarle de paseo, darle de comer, etc.". Además, los beneficios de convivir con un animal doméstico han sido más que demostrados: "perros, gatos e, incluso, psitácidas, les permiten disfrutar de su compañía y crecer juntos", concluye.
Un análisis previo
Antes de tener que lamentar lo que en un principio hicimos guiados por el cariño, debemos responder a varias preguntas. Entre ellas, la clase de vivienda en la que habitará al animal, el tiempo disponible para estar con él, el dinero de su mantenimiento y la edad y el carácter del futuro propietario. En palabras del responsable del Centro Veterinario A Marosa, "las mascotas son un buen regalo siempre y cuando se sepa elegir la adecuada para cada persona y mas aún teniendo en cuenta que va a formar parte de nuestra vida durante muchos años y debemos responsabilizarnos de ella".Sopesar los pros y los contras de una decisión de este tipo implica un ejercicio de madurez. Pilar del Cañizo propone varios puntos: "primero, que la persona que va recibir el regalo lo sepa y esté de acuerdo. Y no sólo ella sino todas las que vayan a convivir con el animal". El regalo puede caer en desgracia y no ser bienvenido, ya que el receptor podría no estar dispuesto a asumir ciertas rutinas. "Hay que saber muy bien sus necesidades para acertar con el animal... Y aún así, siempre se corre el riesgo de que quiera elegirlo él para que encajen bien el uno con el otro".
El afán consumista se codea con el espíritu navideño y puede llevarnos a confusión, ya que los comercios nos sirven esta opción en bandeja: "lo más importante es evitar la compra compulsiva, lo cual no es fácil debido a que en muchos sitios exponen los animales en escaparates, algo a todas luces reprochable", lamenta Quintana, que anima a los indecisos a "informarse bien", e incluso a "pedir consejo a un profesional o a un amigo que te pueda contar su experiencia".
Además de perros y gatos
Goldberg señala que, al margen de los canes y los felinos domésticos, existen otros compañeros menos tradicionales que "requieren menos esfuerzos", tales como unos peces, un pájaro o los roedores, pero no están exentos de inconvenientes. Según Quintana, "los hámsters presentan una vida muy corta y es posible que cuando se muera el niño no esté preparado".A este respecto, Del Cañizo expresa otro problema añadido relacionado con su predisposición por tener familia numerosa: "hay que ser muy consciente de su alta capacidad reproductiva y de la poca costumbre que se tiene de esterilizarlos". En cualquier caso, "no son animales domésticos, sino silvestres que se están criando en cautividad", sentencia la también Vicepresidenta de la Federación de Asociaciones Protectoras y de Defensa Animal (FAPA).
Adoptar mejor que comprar
La adopción se vislumbra como una alternativa que cobra peso frente a la compra. Los albergues notan un aumento de peticiones en diciembre, pero son cautelosos y, "para evitar las adquisiciones impulsivas, se pone más celo en la selección de los adoptantes, controlando que no sea un capricho de los niños sino una decisión meditada.", comenta Del Cañizo, concluyendo que "una cosa es aprovechar la coyuntura para adoptarlo, porque ya se tenía muy pensado, y otra, querer hacerlo sólo en porque son esas fechas, sin haberlo analizado mucho".La asociación que preside Del Cañizo lleva tiempo trasladando un mensaje a la sociedad de responsabilidad y toma de conciencia respecto al abandono y el maltrato animal, así como el fomento de la adopción. Además de poner en marcha una campaña de Navidad bajo el título ‘Un millón de razones para no comprar. Un millón de razones para adopción. En Navidad sé responsable. No son juguetes’ y en la que han contado con el apoyo de multitud de caras famosas, han llegado a un acuerdo con la juguetera Famosa para comercializar una colección de peluches muy especial.
Los 'Street Dogz' son cuatro cachorros que simulan haber sido abandonados. Son perros desaliñados, suaves y con una cara realmente tierna. Lo que se pretende es remarcar la necesidad de adoptar, así como de sensibilizar a los niños de lo que significa tener una mascota antes de hacerles responsables de una real. Cada peluche está provisto de sensores para ladrar, gruñir, roncar, mover la cabeza, etc. en función de su estado de ánimo. Además, incluye un contrato de adopción y un decálogo de obligaciones. Gracias a esta iniciativa, haremos entender a los más pequeños de la casa que una mascota debe ser un compromiso y no un antojo, con el fin de que la adopción de Navidad no se convierta en un abandono de verano.
Más información: Cvamarosa.com; Tiendanimal.es; Anaaweb.org