Aunque la mayoría de las personas asocian estos insectos a incómodas plagas que se asientan en las casas o devoran nuestro huerto o jardín, las hormigas también son seres muy interesantes desde el punto de vista biológico. Se trata de artrópodos himenópteros que poseen un comportamiento social que les lleva a crear colonias, uniéndose entre ellos para lograr objetivos de supervivencia en común. Observar el trabajo de las hormigas en un terrario es un privilegio del que puede disfrutar cualquiera recurriendo a las herramientas, materiales y cuidados necesarios.
Conociendo a las hormigas
Estos artrópodos disponen de un cuerpo dividido en tres secciones, que varía de tamaño dependiendo de las especies, así como su color, aunque generalmente todas sean de tonos tierra. A diferencia de otros insectos, las hormigas viven socializadas en colonias, con una o más reinas que se encargan de la reproducción, y numerosas obreras, que trabajan para el correcto funcionamiento del hormiguero.
Las obreras son todas hembras: generalmente se ven en la superficie buscando comida o realizando labores de mantenimiento de la colonia, como alimentar y cuidar a las larvas de hormiga. Los machos, que tienen alas, sólo sirven para fecundar a las reinas, también aladas, y una vez terminado el apareamiento, no suelen vivir mucho más tiempo. Por su parte, las larvas parecen gusanos de color blanco.
Normalmente, las hormigas se alimentan de insectos muertos que encuentran, además de vegetales, semillas y néctar. Estos insectos también son capaces de comunicarse entre ellos, pudiendo dar señales de alarma a la colonia ante las amenazas más inminentes o indicando dónde se encuentra el alimento.
Cómo conseguirlas
Para nuestra granja de hormigas tendremos que capturar algunos ejemplares en el campo. Desde luego, no es sencillo. Bajo las rocas o maderas podridas, podemos encontrar hormigueros, de donde tendremos que recoger a la reina y a sus crías rápidamente, antes de que se escondan. Cogeremos con una paleta a los insectos y los dejaremos en un tarro que tenga vaselina en la abertura, para evitar que las hormigas se escapen. Una vez capturadas, sólo tenemos que introducirlas en su nuevo terrario.
Si a la reina que hemos cogido no se le caen las alas una vez transcurridas unas horas, tendremos que capturar otra, porque sólo nos vale una reina fecundada, y a éstas se les caen las alas sólo cuando ya se han apareado con éxito. Con las primeras lluvias de primavera podemos encontrar en el campo hormigas reina con alas que salen al exterior para reproducirse.
También tendremos que capturar algunos machos, que tienen menor tamaño que las reinas y también tienen alas.
Es sólo cuestión de práctica reconocer adecuadamente a los miembros de la 'Casa Real' de estos insectos.
Construir la granja
Para hacer un terrario necesitaremos dos planchas de vidrio o metacrilato, grandes, del mismo tamaño, que irán separadas entre sí por 1 cm. Con cuatro listones de maderas taparemos el terrario, cerrándolo por los huecos de 1 cm. que hemos dejado entre las planchas. Para ello podemos usar pegamentos fuertes o silicona.
En los laterales se hacen dos agujeros. El primero nos servirá inicialmente para llevar a las hormigas al terrario; después nos será útil para conectar el hormiguero a otros, o para alimentar a los insectos. El segundo agujero estará conectado a un recipiente con agua, que proporcionará humedad a la colonia. Cubriremos el tubo de agua con un algodón para que el líquido no salga demasiado rápido, aunque tendremos que renovar periódicamente el algodón, ya que puede ser fuente de bacterias patógenas.
Para rellenar el terrario, lo ideal es usar la tierra de donde procede la hormiga que vivirá en nuestra colonia, aunque cualquier sustrato, excepto los ricos en materia orgánica, suele ser apto. Retiraremos los restos orgánicos y las piedras, y la esterilizaremos poniendo la tierra en un horno microondas un par de minutos a máxima potencia y después dejándola enfriar en el congelador diez minutos. Repetiremos la operación dos veces, humedeciendo la tierra antes de meterla en el microondas.
Mantenimiento de la granja
El terrario tendrá que estar en cierta penumbra, sobre todo las zonas de cría, que deben estar en completa oscuridad. Los primeros cuidados consisten en mantener la humedad y evitar que se pudran los alimentos que utilizamos para la nutrición de la colonia.
Para saber qué comen las hormigas que tenemos en el terrario podemos hacer pruebas con el alimento, o bien observarlas en su hábitat natural. Aunque la mayoría son omnívoras, también las hay que comen sólo semillas, insectos muertos más pequeños o el néctar que segregan ciertas larvas de insecto.
Es muy fácil alimentar a las hormigas granívoras, ya que con el alpiste que se da a los pájaros domésticos es suficiente para nutrirlas como es debido. Por último, es muy importante no excederse a la hora de dar de comer a estos invertebrados, ya que pueden aparecer hongos en la colonia.
Imágenes: sanchom, Bulldog Pottery, Il conte di Luna / Flickr