Estamos ante un perro muy antiguo. De hecho, llegó a España a través de la invasión musulmana, y por eso es muy fácil encontrarlo asentado en Andalucía. A pesar de esta antigüedad, no obstante, no es hasta 1985 que la federación cinológica los acepta.
Este perro ha sido siempre un leal compañero. Su pelaje y cualidades innatas para nadar le valieron el nombre de Perro de Agua, e incluso hoy puede ser entrenado como perro de salvamento en ríos, lagos o incluso en el mar. Le gusta nadar, y le gusta la gente.
En efecto, este animalito es leal y dócil, uno de los perros más fáciles de adiestrar, dada su buena disposición y gran inteligencia. Le encantan los humanos. No es un buen guardián, pero es el mejor amigo para cualquier familia (eso sí, crea un vínculo especial con una sola persona).
Por supuesto, que sea fácil de enseñar no significa que venga enseñado: como cualquier animal, cuando llega a casa el Perro de Agua puede dar problemas, ¡y muchos!
Con su tamaño y fuerza, puede tirarte al suelo o romper tus cosas.
Puede orinar en lugares indebidos y provocar un accidente.
Puede marcar su territorio.
Morder tus zapatos o incluso las patas de la mesa.
Si no estás atento, en cuanto vea un charco ¡se va a lanzar a él!
Los perros no vienen enseñados de sus mamás, sino que es nuestra tarea enseñarles las normas de convivencia de nuestra casa. Decide si tu Perro de Aguas puede subirse al sofá o a la cama, si le vas a permitir morder tus zapatos o quieres que solo muerda sus juguetes, si puede pedirte comida o debe ceñirse a sus horarios…
Elige las normas que consideres oportunas, y mantenlas no importa qué tan dulce carita te ponga. Eso es primordial. Si consigues eso, ya tienes medio camino hecho.
Marcos Mendoza
PD: Si te interesa saber más de este precioso perro, te recomiendo este libro sobre el tema. ¡Échale un vistazo y cuéntame qué opinas!