Las emociones que sentimos nosotros se parecen a las vuestras, a veces también nos da miedo quedarnos solos, y también tenemos esa percepción del vaso medio lleno o medio vacío. Los conejillos de indias de este estudio han sido los perros de dos centros de acogida británicos.
Para comprobarlo, los investigadores colocaban tazones llenos de comida en una parte de la habitación, otros vacíos en el lado contrario, y otros en posiciones ‘ambiguas'. En estos casos, los perros considerados optimistas corrían más deprisa que aquellos pesimistas, pensando que podía haber comida.
Todos los perros pueden sentir ansiedad y pesimismo en algún momento de sus vidas. Cuando esto se debe a una separación, aunque sea breve, lo demuestran destruyendo objetos de la casa o ladrando y llorando. Este estudio demuestra que aquellos humanos que creen que los perros no sienten ni padecen, están equivocados.