Cuando un gato queda atrapado, según cuenta Butcher en The Guardian, este queda en un estado cercano al coma y, desafortunadamente, no suele sobrevivir después de ser rescatado. Para un ser humano la tarea es complicada y los Detectives de Mascotas de Reino Unido reciben unas 30 llamadas de gatos perdidos a la semana. SI calculáis la media sale a unos 1560 gatos perdidos al año solo en su zona, muchos gatos en peligro. Fue a raíz de una experiencia propia y de su cargo como detective, donde vio muchos perros buscando drogas y explosivos, que se le ocurrió la idea de buscar uno perro al que adiestrar.
Molly era una perrita de 18 meses cuando la conoció Butcher, muy ansiosa, con mucha energía pero con un buen temperamento y con una capacidad de concentración muy alta en lo que hace. Faltaba por ver si sería capaz de llevarse bien con los gatos y, para ello, la llevaron a una granja de gatos, donde no les lanzó ni un solo ladrido, estuvo toda la jornada concentrada en su adiestrador.
Tras 9 meses de entrenamiento, Molly estaba lista. Su primer éxito fue en febrero y ya ha salvado la vida de 11 gatos y ha mejorado sustancialmente el porcentaje de gatos encontrados de los Detectives de Mascotas. Molly cuenta además con equipamiento para andar por terrenos difíciles y oscuros. Entrenada y equipada su porcentaje de gatos salvados no podrá hacer otra cosa que subir.
Es increíble ver como dos animales que, a priori, conocemos como enemigos naturales salvándose la vida unos a otros, ¿no lo creéis?
Fuentes: The Guardian
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