Cuando decidimos adoptar o comprar a nuestro fiel amigo nos asaltan muchas preguntas como… ¿Qué debe comer?, ¿Cuánto ejercicio debe hacer?, ¿Cuáles son los rituales de higiene?, ¿Cada cuanto se debe bañar?… y un largo etc. Hoy voy a presentaros el tema de la alimentación de una forma general, pero recordad que el veterinario y su equipo nos darán, en nuestra primera visita, una respuesta más adecuada para nuestro perro.
Empezaré por contar un poco la historia del perro. Nuestro mejor amigo es descendiente del lobo, es por eso que hay algunas razas con cierta similitud fisiológica y temperamental. Por lo tanto, al ser descendiente del lobo, el perro es carnívoro y un depredador por naturaleza. Con el paso de los tiempos y gracias a que el humano fue necesitando su ayuda, ese lobo fue domesticado para hacer tareas en el campo y, pasados los siglos, se ha integrado como a un miembro más de la familia.
Ahora que conocemos quiénes fueron los antepasados de nuestro perro, podemos entender un poco más su alimentación. En la Actualidad podemos dividir la alimentación en tres grupos: alimentación seca (pienso), alimentación húmeda (latas) y alimentación casera.
La alimentación seca o pienso.
Es la que los profesionales del cuidado canino nos va a recomendar casi siempre, ya que además de ser más cómodo, los diferentes tipos de pienso van a tener los aportes nutritivos para cada etapa de la vida de nuestro querido compañero: desde puppy, a mature, pasando por junior y adult. Además hay varias gamas, sabores y piensos específicos veterinarios, para paliar dolencias, alergias y otros problemas que puedan afectar a la salud de nuestro perro.
Como hemos dicho, el pienso tiene la ventaja, entre muchas, de que no tenemos que cocinar, le aporta todos los nutrientes necesarios y vamos a tener beneficios para la salud de nuestro perro, como es la prevención de sarro, mejora en el pelaje, reducción del tiempo de la muda, y con un poco de ejercicio del que hablaremos próximamente, podremos evitar el sobrepeso.
La alimentación húmeda (latas).
Suelen gustarles mucho, ya que son más sabrosas, además de tener un olor muy parecido a un guiso, por lo tanto suelen tener más aceptación que el pienso. Pero corremos el riesgo que si damos exclusivamente este tipo de dieta a un perro sedentario, podría desarrollar obesidad. Así que a no ser que el veterinario considerara la mejor opción como dieta exclusiva, la podríamos complementar a una dieta seca.
La alimentación casera.
Si logramos prepararla adecuadamente con los alimentos permitidos para nuestro amigo y con un balance nutricional adecuado, podríamos equipararla al pienso y ser la mejor dieta nutricional. En cambio, si no sabemos elaborarla correctamente, podría llegar a ser muy perjudicial para su salud. Por lo tanto, antes de decidirnos por esta dieta, deberíamos asesorarnos y aprender qué alimentos están permitidos y cuáles no lo están.
Una cosa que además no se nos puede olvidar es el agua, que es un aspecto vital en la nutrición de nuestro gran amigo. Siempre tiene que estar disponible para nuestro perro y ser fresca.
Con este pequeño artículo he querido acercar un poco un tema tan importante como la alimentación. En futuros artículos iremos aprendiendo paso a paso cosas nuevas junto a nuestro nuevo miembro de la familia.
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¿Qué debe comer mi perro?
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