Sin duda este es el caso de Loong Dum y sus gatos, un tailandés de corazón grande.
Este hombre se dedica a vender limas (frutos) todos los días, con el único afán de conseguir dinero para comprar comida a los gatos que le suelen acompañar. Su amor por los felinos llega tan lejos que, aunque no le sobra la comida, no piensa en comprar comida para él hasta que los gatos se ven totalmente saciados. "No me importa si me salto una comida, pero los gatos tienen que comer" decía Loong Dum. La historia de Loong Dum y sus gatos se hizo popular cuando Warunya Wattanasupachoke vio a este buen hombre vendiendo limas con un cartel que decía que las vendía para alimentar a los gatos. Entonces se enteró del sacrificio que de Dum podía llegar a hacer por sus gatos y decidió compartir la historia, con la lección de no juzgar a un libro por su portada.
La historia empezó a llegar más y más gente. Tanto que empezaron a regalarle más limas para vender o comida para gatos.
La cara de alegría que pone cuando le dan comida para los gatos no tiene precio.
No solo recibe esta ayuda por cuidar de los gatos, sino que incluso le regalaron ropa nueva y un corte de pelo y barba para mostrarle su apoyo.
Eso sí, su cambio de look no cambia su objetivo, alimentar a sus amigos felinos.
Esto demuestra lo dicho la principio, recoges lo que siembras y siembras humildad y buen hacer, eso mismo es lo que recibirás, ¿no lo creéis así?
Fuentes: happycatsonline / upsocl