Vamos a presentarte a una tortuga muy especial. No es la imagen que estás acostumbrado a ver porque es una especie exótica poco común. Se trata de la Pelodiscus sinensis o tortuga de concha blanda china. Su distribución comprende Rusia Oriental, Mongolia, China, Corea, Vietnam, este de Indochina, Japón, Taiwán, Singapur y Filipinas, si bien también ha sido introducida recientemente en Hawai, donde no amenaza a las especies endémicas. Actualmente, es de libre comercialización, pero las importaciones han sido reducidas por un descenso de población en sus países de origen.
Respecto a su ecosistema, señalar que habita en grandes lagos de corriente lenta, charcas, canales y drenajes, siempre que sean fangosos y tengan agua dulce. Su nombre común es debido a su caparazón, que no esta revestido de placas como las tortugas terrestres o estanqueras. Su piel es dura y tiene la consistencia del cuero con una coloración verde olivácea.
?Cómo es?
Las placas óseas no forman una armadura completa, su cuerpo es ovalado y aplastado. Las patas son largas terminando en tres uñas muy afiladas, mientras que el cuello es bastante largo, es por ello que hay que manejarla con mucha precaución. En cuanto a su cabeza, ésta termina en un hocico donde se encuentran sus dos fosas nasales. Es capaz de nadar muy rápido, debido a su ligero caparazón. Adora el medio acuático: puede estar el 90% del tiempo en el agua.
Su natación es majestuosa y perfecta a la hora de la caza. Es capaz de permanecer sumergida durante muchas horas debido a su sistema respiratorio, que no sólo comprende su boca: unos movimientos rítmicos de su recto hacen la función de branquias y extraen el oxígeno del agua, que después circulará por el tubo digestivo. Es un animal que llega a alcanzar un tamaño de 25 a 28 cm. y un peso de 1 kg. Su vida en libertad no se ha estudiado, pero hay datos de su esperanza en cautividad, estimada entre 25 y 30 años.
Mantenimiento en cautividad
Antes de lanzarte a la aventura de mantener una de estas tortugas de concha blanda china, debes saber que tienen bastante mal carácter desde su nacimiento y la convivencia entre ellas u otras especies es imposible. Debes proporcionarla un acuaterrario amplio y profundo, siendo la parte terrestre menor que la acuática para un solo ejemplar. El sustrato debe ser arenoso, se recomienda una granulometría del 0,5 a 1,5 mm. Sin embargo, la mayoría de aficionados mantienen su ejemplar en un acuario rechazando el sustrato por causas higiénicas.
La decoración será mínima, ya que necesitan espacio para nadar. Utiliza piedras grandes sin filos cortantes o troncos donde ella pueda encaramarse a descansar. El filtro debe ser bastante potente y preferentemente exterior. Hay que hacer cambios frecuentes de agua, mientras que el control de la temperatura no es muy necesario porque suelen hibernar cuando el agua cae por debajo de los 12 ºC. Es aconsejable que los juveniles no hibernen y se mantengan con una temperatura de entre 20 ºC y 28 ºC hasta los tres años de vida, momento en el que pesarán unos 600 gramos.
Cuestiones alimenticias y reproductivas
Las tortugas baby se alimentan dos veces al día con una dieta de gusanos y camarones machacados. Según vayan creciendo, iremos cambiado esta dieta por trocitos de anguila y pescado mezclados con yema cocida de huevo. A partir del primer año, iremos aumentando la ingesta con pescado y su espina, ratones y pienso en forma de stick de uso comercial. Recuerda que esta mascota nunca acepta vegetales. También hay que aportarle calcio, un aspecto que se descuida. Se recomienda comprar en farmacias carbonato de calcio en comprimidos e introducirlos dentro de un pequeño trozo de comida, así lo engullirá de un solo bocado.
Respecto a su reproducción, señalar que los ejemplares elegidos deben estar completamente sanos, siendo preferible tomar una pareja que haya hibernado o pseudohibernado. Esta tortuga alcanza su madurez sexual entre los ocho y los nueve años de vida. Llevaremos la hembra al acuario del macho donde, con gran violencia y sin mantener ningún tipo de cortejo nupcial, el macho se subirá encima de ella inmovilizándola con bocados en cuello y patas. Pasada una hora devolveremos la hembra a su acuario y repetiremos el proceso durante una semana para tener mayores garantías de fecundación.
Tienes que alimentar bien a la hembra, aumentando en su dieta la ración de minerales como el calcio. Aproximadamente, a los dos meses tendrá lugar una puesta de entre 10 y 20 huevos. Los huevos son de color blanco, pequeños y esféricos. Para mantenerlos, lo mejor es tenerlos en una incubadora a 26-28 ºC. Si se va hacia el mínimo, nacerán más hembras y si se mantiene la temperatura en el máximo, nacerán más machos. Sin embargo, recuerda no bajar de 26 ºC porque sino, no se formarán los embriones. La incubación dura entre 60 y 70 días. Es una especie bastante prolífera, ya que en un único año una hembra puede hacer entre dos y cinco puestas, llegando a poner hasta 60 huevos.
Enfermedades típicas en esta especie
Las infecciones aparecen, en la mayoría de los casos, por la falta de limpieza y las aguas sucias. Una de las dolencias más frecuentes es la enfermedad ulcerativa cutánea septicémica. Ésta se presenta en forma de ulceraciones redondas por todo el cuerpo. El agente más citado es el Citrobacter freeundii, pero se echa la culpa a otros microorganismos como los Pseudomonas o los Straphilococcus. El veterinario es la única persona que puede asegurarte un tratamiento eficaz. Hará una esmerada limpieza en las zonas ulceradas eliminando el material infectado y necrótico, tratando con soluciones antibacterianas y dejando el animal en un lugar seco para la absorción percutánea del fármaco.
Una dieta incorrecta también merma la salud de esta tortuga. Suele sufrir gota por un exceso de proteínas cuando basamos la alimentación en pienso para perros o gatos, jamón de york, etc. Los síntomas van de un simple enrojecimiento cutáneo a una difícil circulación de la sangre venosa. Igualmente, existen enfermedades urogenitales entre las que señalamos los prolapsos de pene y cloaca, causados por cuerpos extraños en el tubo digestivo, parasitosis, infección del oviducto, desequilibrios hormonales, etc.
Debido a un mal manejo, es posible que se desarrollen hipotermias, traumatismos, quemaduras o cortes de la piel. La hipotermia es la consecuencia de un cambio brusco de temperatura: si no mantienes su habitáculo en condiciones puede darse un proceso de congelación en diferentes focos que acaben en gangrena, sobre todo en la época de hibernación. Los casos de traumatismo se resuelven quirúrgicamente, mientras que para tratar las quemaduras se debe colocar el animal en un recipiente cubierto de compresas húmedas. Es posible que se den complicaciones por infecciones bacterianas o micóticas. Los cortes de la piel debemos lavarlos bien con agua oxigenada, al tiempo que desinfectaremos la zona con iodopovidona. En caso de pérdida de sustancia o hemorragias, hay que visitar al veterinario para realizar una evaluación, puntos de sutura, analgésicos, antibacterianos, etc.