Fue entonces, mientras estaba leyendo, cuando escuché a mi hermana hablar con Kevin en la cocina y sin dudarlo lo abrachuche y lo cogí para tenerlo en mi regazo mientras leía. Y así, de noche y con una luz que creía mierdosa para hacer fotos, dejé el libro y me dediqué a observar a mi bichín a través del objetivo de 50mm.
Normalmente cuando quiero hacer fotos decentes de Kevin lo planeo todo al dedillo: el escenario, la luz, los accesorios. Esta vez no tenía más luz que la artificial que me proporcionaban la lámpara y el flexo de lectura, un escenario improvisado por mis piernas y una cobaya panchamente tumbada. Como tenía la cámara a mano, probé sin mucha esperanza a disparar un par de fotos y flipé. Vale que el 50mm sea perfecto para escenas con poca luz, pero nunca imaginé que pudiese sacar a un culo inquieto como Kevin con tanta nitidez dadas las circunstancias. Tampoco ayudaba el hecho de que apenas me pudiera mover y los pies se me empezasen a dormir y, pese a todo, aquí están, ¡las fotos más bonicas que tengo de mi criaturilla en lo que va de año!
Aquí va un pedacito de domingo para que lo disfrutes. Para mí, sin duda, fue el ratito más feliz de un fin de semana regulero en el que me enamoré todavía más de mi objetivo estrella y de Kevincito. Especial mención también a las hojas de alcachofa que se ofrecieron para ser devoradas por un pequeño salvaje y ayudaron a que el susodicho posase tranquilo
Cuéntame... ¿no te entran ganas de empezar a achucharlo y no parar nunca? ¡Feliz fin de semana!
PD: El título del post va por esa canción tan preciosa de Love of Lesbian clic para escucharla y morir de amor que empieza "Ya lo sé, otra vez ha sucedido, volaron los manteles y el domingo se hizo especial". No hay letra que encaje mejor en este post. Gracias Kevin por ponerle el broche de oro a un fin de semana que no llegaba ni al bronce.