Creo que no ando muy desencaminado si me aventuro a decir que muchos dueños de una mascota como es un gato temen la llegada del día que le toca revisión o deben ir por alguna eventualidad al veterinario con él. Pues bien, en este artículo vamos a tratar de darte algunos trucos y consejos para que la visita no se convierta en una pesadilla, tanto para el gato, como para su dueño y por supuesto para el profesional veterinario.
Cómo llevar correctamente tu gato al veterinario
1. El traslado
Hay que empezar con buen pie, y el momento del traslado de tu gato a la clínica veterinaria es fundamental que se realice debidamente. Lo más normal y la forma más fácil de hacerlo es mediante un transportín, a pesar de que este paso daría para otro artículo independiente, tan solo destacar que has de conseguir que tu mascota se habitué a su transportín desde pequeño, para así evitar un posible rechazo que muestran los felinos a estos lugares cerrados (sin entrar por su propio pie me refiero), de no ser así, podría resultar un momento muy estresante, tanto para él como para ti.
Para tratar de que el traslado sea lo más placentero y tranquilo para nuestro gatito, siempre podemos dejar dentro una manta o prenda que tenga su olor, también puede ser conveniente que tengas en cuenta el tapar el transportín el tiempo que dure su transporte en el coche para que sea menos sensible a cualquier estimulo visual y ayude a estar aún más tranquilo. E incluso piensa en la posibilidad de comprar uno de los productos que hay disponibles en el mercado para reducir el estrés en tu gato, como puede ser el feliway que encontrarás en cualquier distribuidor de productos para mascotas.
Llevar otra manta o prenda adicional con el olor de casa o de otros compañeros felinos del hogar, después te explicaremos por qué.
2. En la Clínica
Lo más normal es que la clínica veterinaria a la que has ido no disponga de estancias separadas para diferentes tipos de mascotas, y eso no tiene porque suponer un problema, pero si has de tener en cuenta estos consejos para que tu gato no se muestre más temeroso de lo que ya esta.
Trata de buscar el asiento más tranquilo que encuentres en la sala de espera, y lo más alejado de perros que puedan haber en la sala (por su naturaleza, los perros huelen todo lo que se encuentra a su alcance, pero igualmente por su naturaleza, los gatos son muy recelosos de su intimidad y espacio, aún estando dentro del transportín).
Mantener a nuestro gato dentro del transportín y en nuestro regazo en todo momento. Esto ayudará a reducir su sensación de ser vulnerable frente a cualquier amenaza, en caso de que se acercará cualquier animal, pide a su dueño que lo aleje en la medida de lo posible.
Al entrar en la consulta sigue las instrucciones que te dará el veterinario, él te dirá si es preciso sacar al gato del transportín y por supuesto, has de mantener una actitud tranquila, mantener la calma transmitirá a tu compañero felino que aunque no sea una situación común si que es lo más normal para ti.
Una vez finalizada la consulta con el especialista es el momento en el que entra en juego la segunda prenda con el olor de casa, y tiene un papel importante, puesto que hace que tu gato vuelva a sentirse cómodo gracias a olores conocidos y cuando llegue a casa, el olor del que se ha impregnado en la consulta se ha visto reducido, y no corre el riesgo de que los compañeros felinos puedan reconocerlo como extraño.
3. De vuelta en Casa
Lo más importante de la vuelta a casa de nuestro compañero felino es dejar que este lo más tranquilo posible y abrirle la puerta abierta del transportín para que él mismo sea quien se encargue de recuperar su rutina en el hogar. Si no quiere salir de su caja de transporte no pasa nada, déjale que sea el quien marque sus tiempos de recuperación del episodio de estrés que ha sufrido en la consulta veterinaria.
En caso de tener más gatos, comprueba el comportamiento de estos hacía el recién llegado antes de abrir la puerta, si ves que actúan con normalidad ábrele la puerta sin miedo. Si por el contrario compruebas conductas poco habituales o bufidos de agresividad o incomodidad en alguno de ellos, aísla durante unas horas al gato que ha llegado del veterinario (con todas sus cosas, comida, agua, arenero) hasta que se rebaje la tensión, estas conductas suelen ser habituales cuando hay anestesia o sedación de por medio.
Si las conductas hostiles entre ellos continúan, es conveniente que consultes con tu veterinario cual debería ser la forma de actuar para reintroducir de nuevo la paz en el ambiente.
Esperamos que estos pequeños consejos hayan sido de ayuda para ti y que puedas disfrutar de una visita a la consulta veterinaria con tu gato lo más tranquila y relajada posible. Puedes ayudarnos difundiendo este artículo en tus redes sociales de Facebook, Twitter o G+ con tus amigos y conocidos que también tienen compañero felino.
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