Los gatos parecen ser muy inteligentes a la hora de identificar nuestras señales no verbales
especialmente si estas suponen un cambio en nuestro comportamiento habitual o si de alguna forma nuestra actitud les parece peligrosa.Como supervivientes solitarios en la naturaleza, los gatos necesitan ir un paso por delante cuando se trata de identificar una amenaza en su entorno más cercano.
De alguna manera, por muy bien que intentemos fingir, los gatos intuyen cuándo estamos tratando de engañarlos.
Los gatos siempre saben cuándo estamos preocupados o enfadados, porque sutiles cambios en nuestro lenguaje corporal dejan al descubierto nuestros verdaderos sentimientos.
El gato siempre conoce nuestras intenciones y nuestro estado de ánimo, así que no vale fingir con él
A la hora de darle el antiparasitario o coger orina para nuestro veterinario, el secreto consiste en convencerse a uno mismo de que no hay ningún problema, con lo cual pareceremos relajados y mucho menos amenazantes.Recuerda que nuestro lenguaje corporal nos delata ante los felinos.
Todos estos aspectos que no comprendemos de los gatos se deben a que los humanos somos animales “de manada”, mientras que los gatos, como la mayoría de los felinos son cazadores solitarios.
No debemos olvidar nunca que por instinto son predadores solitarios que disfrutan buscando su alimento y cazándolo
Por este motivo, pese a las “maravillosas comodidades” que les brindamos, puede ocurrir que desaparezca inexplicablemente algo de la encimera de la cocina, o que nuestro amigo abandone el hogar por varios días, hasta que decida volver. Incluso pueden tener un mal día en el que cuando lo vayamos a acariciar, nos arañe.
Los gatos son independientes, a diferencia de los humanos que demostramos el afecto con caricias y abrazos, para ellos un exceso de estos puede ser una invasión de su espacio e intimidad.