Todo el mundo habrá visto alguna vez esta raza de perro y seguro que se acuerda porque no pasa desapercibida. Es uno de los perros más antiguos del mundo, prueba de ellos es que numerosos antropólogos han encontrado en tumbas estatuas representando a estos perros.
Es un perro fuerte y musculoso, con piel suelta, gruesa y áspera. Sus orejas son muy pequeñas y su fin antiguamente era que en las peleas no se las desgarraran. Tienen el tamaño justo para tapar los oídos.
Son conocidos sus especiales dotes de defensa, gracias a expresión facial confunde a los otros perros, ya que no pueden interpretar sus gestos y no son capaces de predecir sus movimientos. Esto unido al característico olor que desprende la raza, sobre todo cuando son cachorros, hace que el contrario opte por huir.
Aunque siempre está alerta, esta raza suele ser tranquila y muy independiente. Es muy cariñosa con la familia con la que convive pero hay que tener en cuenta que no suele ser tan amigable con los extraños. Es un buen guarda porque esa conducta es instintiva en la raza, pero teniendo en cuenta los antepasados de la raza que eran utilizados para las peleas, es necesario educarlos desde cachorros con estricto control.
Con respecto a la salud, aunque hay muchas habladurías de que son razas con muchos problemas, en la actualidad no es así. Afortunadamente los criadores de estas razas y los veterinarios han luchado para erradicar los problemas que presentaban en sus orígenes. Algún ejemplar puede padecer úlceras en los ojos, aunque no es exclusivo del Shar pei, ya que muchas otras razas también lo tienen. Lo que sí es más usual son los problemas de piel debido a sus arrugas y dobleces.
Imágenes/Flickr: M. Peinado, Eric Lamoureux, kitty.green66.