Pero el pobre gato jamás se imaginó la bienvenida que le darían los perros. Vamos, que es un buen gato porque sólo miraba a sus dueñas como diciendo "sacadme de aquí".
Creemos que al felino no le queden ganas de regresar al lugar. Es algo natural que sienten estos dos animales. A veces suelen ser amigos otras veces vemos que no es así.