La historia de hoy nos lleva a Ohio, donde nació una camada de perritos en 2015, una mezcla de terrier y beagle. Todos estaban sanos, pero había uno muy especial: le faltaban dos patitas. No tenía problemas de salud, salvo por ese detalle. Sencillamente, por alguna razón desconocida no se le habían desarrollado las patitas delanteras.
Sus dueños, no obstante, no quisieron sacrificarlo. Iba a ser duro para él vivir así, pero era un perrito lleno de vida y alegría, y tenía mucho por experimentar. Lo llamaron Tumbles, «voltereta», por el modo en que se movía, rodaba y se caía todo el tiempo.
Cuando tenía seis semanas, la Universidad de Ohio junto a la protectora Friends of Shelter Dogs diseñaron unos ruedines para este pequeño cachorro. Lo imprimieron con una impresora 3D, y por fin, poco después, el cachorrito pudo dar sus primeros pasos como el resto de sus hermanitos. ¡Figúrate qué cosa tan pequeñita!
Marcos Mendoza
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