Fuente: Fuente: Guardia Civil
La familia de Emma vive en el municipio de Gil-García, Ávila, en pleno Parque Regional de la Sierra de Gredos.
El lunes, la pequeña salió a pasear por el monte con su padre y su perro Kie. Después de pasar una tarde agradable, cuando se disponían a volver a casa, sobre las siete de la tarde, desapareció.
Su padre no tardó en avisar a Emergencias 112 y enseguida, la Guardia Civil organizó un dispositivo para encontrarla. Fueron muchos los voluntarios que se unieron a la búsqueda, con el fin de ayudar a la familia y a los cuerpos oficiales. En total, se calcula que participaron unas 400 personas.
Una vecina alertó a la Guardia Civil de que había oído a la niña pasar por su casa. Cerca de este lugar, en uno de los caminos del monte, encontraron varias huellas de Emma que tomaron como punto de partida para tratar de localizarla.
Fuente: Fuente: Guardia Civil
Tras siete horas de búsqueda, alrededor de las dos de la madrugada, Jorge López, sargento jefe del Grupo de Rescate Especial de Intervención en Montaña, junto con otros agentes y voluntarios, escuchó unos ladridos. Cuando se acercaron para ver de qué se trataba, encontraron a la pequeña acurrucada y protegida por Kie, su perro. Emma estaba en perfecto estado y apenas tenía unos cuantos rasguños.
Lo más curioso es que se encontraba a cuatro kilómetros del lugar en el que había desaparecido. ¡Nadie se explica cómo pudo andar tanto!
Sin embargo, podríamos decir que el héroe de esta historia y el que se encargó de que tuviera un final feliz fue su perro. Kie no se separó de ella en ningún momento, la cuidó y además, fue una pieza clave para encontrarla.
Como veis, nuestros perros acaban convirtiéndose en unos fieles compañeros que nos protegen y cuidan, hasta en las situaciones más difíciles. ¡Debemos agradecerles todo lo que nos aportan y hacen por nosotros!
Fuentes:
Guardia Civil
El País
La Vanguardia
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