¿Por qué los perros levantan la pata al orinar?



¿Por qué los perros levantan la pata al orinar?

Todos sabemos que para los perros machos, el hecho de orinar es mucho más que la eliminación de las sustancias corporales no asimiladas. Cada vez que les sacan a pasear, su principal foco de interés está en leer las señales químicas depositadas en diferentes lugares con diferentes clases de olores dentro del radio de nuestro hogar, donde están las deposiciones efectuadas por otros perros que han levantado la pata. Cada tronco de árbol y cada farola son olisqueadas con una concentración profunda. Después, una vez leídos cuidadosamente estos mensajes odoríferos, el perro deja su propia marca olorosa, borrando el antiguo depósito con su propio y potente olor.

Cuando son cachorros, tanto los machos como hembras se ponen en cuclillas para orinar, pero en la pubertad, hacia los ocho o nueve meses de edad, los machos comienzan a alzar la pata trasera para lanzar su chorro de orín. La pata alzada se mantiene rígida, con el cuerpo del perro ladeado para que la corriente del líquido se dirija a un lado, en vez de caer hacia abajo. Y es tan poderoso el impulso de llevar a cabo a este acto de levantar la pata, que en un paseo largo y lleno de olores, un perro puede quedarse sin orina y verse incapaz de miccionar. En esas ocasiones, podemos observar como los perros tratan desesperadamente de conseguir unas gotas más para dejar su tarjeta de visita. Aunque la vejiga esté vacía por completo, ellos continúan alzando la pata, dado que se ha vuelto un acto independiente de la necesidad de eliminar los líquidos corporales.

Y lo que es más curioso aún, esta acción no tiene ninguna relación con la virilidad del macho: los perros castrados, antes de llegar a la pubertad, también comienzan a alzar la pata de la misma manera que los no castrados. Por lo tanto, aunque se trata de una acción típicamente masculina, no parece que esté relacionada con los niveles de testosterona, como cabría esperar. Pero, aunque puede que este acto no esté originado por la presencia de hormonas sexuales, lo cierto es que deja un mensaje sobre la condición sexual a los perros interesados, dado que las hormonas sexuales se excretan por la orina. También se encuentran presentes secreciones especiales y personales de las glándulas accesorias masculinas, ya que cada depósito doloroso tiene el valor de una etiqueta de identificación.

Se han dado tres explicaciones al fenómeno de que el macho levante la pata en vez de ponerse en cuclillas,

La necesidad de mantener lo más frescas posibles las señales de identidad, depositarlas en el suelo las hace más vulnerables a las perturbaciones que colgarlas en soportes verticales.

En segundo lugar, las acerca a los hocicos de otros perros, haciéndolas más accesibles al olisqueo.

En tercer lugar, ayuda a informar a los demás perros, a que los que recuerda que orinan donde se hallan localizados los mensajes olorosos. Se puede observar como un perro se aproxima a un lugar aislado o a un árbol desde una gran distancia, simplemente para olerlo y luego alzar la pata. En otras palabras, la selección de puntos verticales ayudar restringir el número de lugares donde pueden encontrarse olores.Una finalidad secundaria de este sistema de los machos de dejar marcas de olor es que también ayuda al propio perro a identificar el género de otro a distancia, simplemente al observar la silueta de su cuerpo cuando se detiene para orinar. Esta información puede servir luego para tomar decisiones respecto a si aproximarse o no.

¿Cuáles son exactamente los mensajes transmitidos por los olores dejados por los perros cuando levantan la pata y orinan?? Se han hecho diferentes afirmaciones, y probablemente todas sean correctas:

La primera idea es que el mensaje es para el mismo perro, ya que al dejar un aroma personal en toda la zona por la que él pasea, la está convirtiendo en su zona. Cuando regrese, se olerá así mismo y sabrá que se trata de un terreno familiar, el perro se siente en casa porque está marcando su territorio.

La segunda teoría es que el mensaje va dirigido a los otros perros, para explicarles su condición sexual y su dominio territorial. También servirá para poner los sexos juntos o para expulsar a los perros que irrumpan en aquella demarcación. En contra de esto, se ha argumentado que los machos les fascinan los olores de otros canes y nunca se alejan de sus sitios marcados con temor o temblando. Pero el hecho de que esas marcas no sean directamente amenazadoras no significa que fracasen en su misión de etiqueta la zona como ocupada.

En tercer lugar, una modificación especial de esta última idea consiste en que la base real de la marca de olores radica en el tiempo: Si en estado salvaje, los grupos de perros tienen que vivir uno cerca del otro, con un mínimo de conflicto, ayuda mucho saber cuándo y con qué frecuencia pasan por allí grupos vecinos. Dado que la fuerza y calidad de las marcas olorosa dependen de su frescura, es posible calibrar la frecuencia con la que otros perros patrullan por la zona. Compartir las horas en una zona en particular puede llegar a ser posible, cuando los grupos se evitan mutuamente en vez de verse implicados en confrontaciones directas y tal vez peligrosas.
Los estudios realizados respecto a los perros que recorren en libertad un pueblo, revelan que emplean por lo menos dos o tres horas al día en comprobar todas las marcas de olor de su territorio. Esto les obliga a expediciones diarias de varios kilómetros, y cada punto sellado con un olor que encuentra en un camino es cuidadosamente olfateado y leído, recibiendo sus mensajes más recientes.

Aunque esto requiere un gran esfuerzo y ocupa mucho tiempo, proporciona a cada perro del pueblo un detallado mapa perruno de la zona, con información del número de la población camina local, sus movimiento, condición sexual e identidad.

Por lo general, se cree que las hembras nunca levantan la pata, pero esto no es del todo cierto. Aproximadamente, una cuarta parte de las hembras levantan la pata trasera al orinar, su forma de hacerlo es diferente a la de los machos: cuando la hembra alza la pata, la levanta por debajo del cuerpo, en vez de estirarla hacia un lado. El resultado es que su orina sigue cayendo en el suelo una vez de quedar depositada en una superficie vertical. De cuando en cuando, supera este problema tomando una postura bastante rara la vista, reculando junto a un poste o una pared y orinando luego con ambas patas alcanzadas del suelo. En muy rara ocasión levantan la pata de la misma forma que el macho.




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