Afortunadamente, poco a poco, la concienciación acerca del cuidado a los animales va en aumento, lo que ha hecho que el número de adoptantes crezca año tras año. Según Beatriz Rodríguez, veterinaria y responsable del Área de protección animal, el perfil del adoptante en nuestro país "suele ser una persona comprometida con el medio ambiente y de edad avanzada, que busca una mascota adulta y socializada con la que compartir su vida".
La llegada al centro
Uno de los momentos más delicados es la llegada al centro, ya que en la mayoría de las situaciones llegan muy asustados. En caso de que el animal presente heridas o alguna enfermedad, pasa directamente al área de quirófanos y consultas veterinarias. Una vez recuperado y operado, se queda allí descansando los primeros días.Luego es fundamental tenerlos un tiempo en cuarentena, ya que suelen traer parásitos internos y externos, puesto que los animales que llegan al centro han sido abandonados por sus dueños, maltratados o recogidos de rescates como el del criadero ilegal de Navalfuente, en Madrid.
La rutina diaria
La mayoría de los perros que llegan al centro de acogida han vivido en relación con el ser humano, por lo que están educados y no presentan problemas de comportamiento graves. Para que su futura reinserción sea más fácil, durante la estancia en el refugio siguen unas rutinas básicas como comer a la misma hora y pasear por el campo gracias a los voluntarios. Asimismo, es muy importante que mantengan relación con otros perros. Por ello, en las jaulas están emparejados según su carácter. En este sentido es muy llamativo el comportamiento de los gatos, que pierden su concepto de territorialidad, entendiendo de forma asombrosa que ahora están en zona de nadie. Según Beatriz Rodríguez, "ellos mismos se establecen como una colonia y la abundancia de comida les permite vivir en paz".¿Qué perro me conviene?
El trabajo más importante es escoger a los futuros dueños de los animales. Si estás interesado en adoptar una mascota, tendrás que visitar varias veces el centro, hablar con los etólogos sobre tus costumbres, tu tiempo libre, donde vives... Gracias a este protocolo se hace un primer filtro, para ver si la persona atenderá adecuadamente a su mascota. Por ejemplo, "es muy común que venga gente joven con largas jornadas laborales en busca de un perro grande y acaben adoptando a una pareja de gatos", nos comenta Beatriz Rodríguez.El objetivo de tener un proceso de selección tan riguroso es asegurarse de que animal no tenga que volver al centro de acogida y pueda llevar una vida feliz. La posibilidad de elegir a un animal que se adapte a nuestro carácter y necesidades hace que la convivencia y la adaptación sean más fáciles. En definitiva, la adopción es la herramienta más eficaz para dar una segunda oportunidad a los animales que no han tenido una vida tranquila.