Hoy quería hablaros de las casas de acogida, de la importante labor que cumplen para recuperar un animal que ha sido abandonado. Quería hablaros también de un ejemplo real, el de Irene y Aila.
Hace unas dos semanas que las conozco, ya que coincidimos cada día en el parque de perros cercano a nuestra casa. Al principio, no se separaba de su dueña. Todo era extraño y amenazador para esta preciosa cachorrona y ver jugar y ladrar a los perros mayores era terrible, pero poco a poco ha ido cambiando y está empezando a ser una perra feliz que disfruta junto a su mami de todas las experiencias que ésta le está enseñando.
Ayer incluso fuimos juntas a dar un paseo en bici y se lo pasó en grande. Es una perra muy apta para el trabajo y ha creado un vínculo muy bueno con su dueña. Tiene ganas de aprender y de agradar. Sería una gran perra de servicio.
¿Qué papel tiene la casa de acogida para un perro antes de ser adoptado definitivamente?
A pesar de lo pequeña que es, Aila tiene tras de sí una difícil historia. Llegó a Arca junto a sus hermanos y su mamá con los ojitos aún cerrados, con no más de una semana, llenita de parásitos. Su mami estaba tan delgada que para poder salvarla tuvieron que retirarle los cachorros y alimentarlos a biberón. Sus hermanos salieron adoptados y ella ya es una cachorrona de tres mesesitos a la.que Irene, con infinita paciencia, cuida y educa proporcionándole cariño, confianza y tranquilidad.
La labor de esta gran chica, al igual que la que realizan otras casas de acogida, es admirable y vital a partes iguales, puesto que su labor no se limita a ser un lugar de paso para perritos que han sido abandonados y esperan su adopción definitiva, sino que le facilita una futura vida en la sociedad y los prepara física y mentalmente para ser unos adultos equilibrados y convivir perfectamente con su familia adoptante definitiva. Le ofrece ese cuidado particular que en un chenil no tendría
Irene es una estudiante de periodismo cordobesa que estudia en Sevilla, amante de los animales en general y de los perros en particular nunca pudo tener ninguno porque siempre había vivido con sus padres y en su casa no querían. Ahora, lejos de su familia pero sin tener un hogar definitivo, ha encontrado en ser casa de acogida la solución perfecta a esa pasión. La pequeñaja le da la compañía que le hace falta lejos de su casa y juntas hacen un gran tándem.
Acoger permite a los animales recuperarse mientras esperan su familia definitiva. Ser casa de acogida es un acto generoso que conlleva gran responsabilidad: mantener una correcta alimentación, tener una comunicación fluida con la entidad, y ante cualquier problema o sospecha de que algo va mal, llamar a la persona asignada por la asociación. Sin embargo se ve siempre recompensado sabiendo que ocupan un lugar muy importante en el proceso de adopción donde también participan las asociaciones, veterinarios…pero sobre todo y ante todo con el cariño infinito que los perros le profesan.
Irene es solo un ejemplo de personas que ofrecen a los perritos en sus casas la posibilidad de esperar mientras encuentran un hogar definitivo curando sus miedos y demostrándoles que existen personas en las que poder confiar.
Tener la opción de las casas de acogida para las asociaciones es una ayuda muy importante y necesaria. Con la existencia de éstas se permite que más animales tengan la oportunidad de criarse, curarse, recuperarse, sociabilizarse. Prepararse para encontrar ese hogar definitivo que merecen.
No lo dudes, si estás interesado en ser casa de acogida ponte en contacto con las asociaciones cercanas a tu zona. No te arrepentirás.
Y, si Aila te ha enamorado tanto como a mi, ponte en contacto con Arca Sevilla. Esperemos que le salga pronto ese hogar definitivo que ella merece.
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