Respeto por el resto de seres

Hoy retomo el tema de la ecología para que conozcas mi relación de respeto con el resto de seres vivos y voy a empezar contándote una historia que en su momento me dejó muy impactada y me dio mucho que pensar. Aunque parezca ficción es 100% real. Es la historia del momento exacto en el que entendí que el ser humano daña a todas las especies, incluida la suya propia con cada acto que realiza. 

Se que es un pensamiento algo extremo y quizá cruel y es duro vivir con él porque duele ser consciente de la realidad. Y pensarás quizá que cómo voy a pensar así si siempre estoy poniendo cosas en favor de ONGs y Fundaciones de ayuda animal

Me gustaría que ningún animal tuviera que necesitar una Fundación o refugio para ser rescatado de una situación provocada por los humanos. Pero ya que es un pensamiento utópico y que el hombre no va a cambiar sus costumbres de dominar cuanto encuentra es totalmente necesario este tipo de Centros de Rescate que parte irónicamente de seres humanos con un amor, respeto y un concepto hacia los animales que debería ser el concepto global.

Los animales deben ser libres y vivir en su hábitat. Del tema de las mascotas, me pronunciaré más abajo pero aviso desde ya que mi posición puede herir sensibilidades.

Respeto a los animales
Fuente: Educación Emocional
La vida me dio una lección de respeto:

Pasábamos las vacaciones en casa de una amiga en Santa Margarida, Roses (Girona).

Volviendo de la playa con los niños nos encontramos un pequeño gorrión luchando por no caer al suelo desde el tronco de un pino y arañando con fuerza el tronco para continuar agarrado y no ser pasto de aves carnívoras, oportunistas como las gaviotas o de otros predadores.

Parados frente al árbol animábamos a gritos al pajarillo:

-“Venga, sube ¡Tú puedes! ¡NOO, No te caigas!- en vano. El gorrión cayó al suelo. Sus padres piaban e intentaban espantar a las gaviotas que estaban al acecho.

-“Mamá, sálvalo”- me dijo Sergio.

Vale. En ese momento pensé que era mi deber salvarlo o al menos intentarlo porque un gorrión adulto no podría volver a ponerlo en el nido, ni tan siquiera en el tronco del árbol y yo sí.

Perseguí al gorrión despacio, susurrándole que no le iba a hacer daño. Suelo tener buena mano con los animales pero él decidió no creerme y arrojarse a uno de los canales que atraviesan el barrio de Santa Margarida.

NOOO. Evitando que los niños miraran al canal para descubrir al pobre gorrión intentando nadar para salvar su vida, continuamos nuestro camino.

A los pocos pasos encontramos un loro verde con un ala destrozada gritando mientras caminaba a trompicones.

“A este sí que le salvo”- pensé. Cogí mi chaqueta, le envolví con ella y lo llevé a casa. Tenía el ala muy infectada así que se la desinfecté con agua oxigenada.

Le metí en una bolsa grande del Mercadona de esas cuadradas y le puse agua y pan de molde. Coloqué la bolsa en la terraza porque distraía a los niños en su hora de cenar.

El loro decidió que no estaba a gusto allí, salió de la bolsa, saltó por el balcón y encontró su fin entre dos gatos que se peleaban por comérselo.

Pensé en aquel momento que era culpa mía, que había hecho mal por intentar ayudar a animales cuyo final ya estaba escrito. Le dí incluso un punto más místico de mensaje o enseñanza que debía aprender, porque es curioso que en un recorrido tan corto tuviera que enfrentarme a la salvación de dos animales heridos y todo terminara con aquel amargo desenlace. Las casualidades no existen. 

La naturaleza es así, natural, vida y muerte, aunque resulte cruel. Si un animal cae del nido, sale de su madriguera sin estar preparado, se aleja de su familia… le devoran y si se hieren o les hieren también mueren. De cualquier modo mueren más tarde o más temprano.

Yo solo me había dedicado con la mejor intención del mundo a alargar el fin de su vida con ese aire de salvador que nos domina a todos los humanos cuando estamos ante algo o alguien que creemos inferior, indefenso y dependiente de nosotros.

Todo en ese momento me pareció muy absurdo:

…si no hubieran canales artificiales

…si no hubiéramos llenado todo con altos edificios de cemento con balcones

…si no hubiera pesados humanos persiguiendo animales para salvarlos

… si nadie enjaulara o necesitara poseer cual objeto pájaros, perros, gatos, monos, erizos, cobayas…

… si dejáramos todo fluir, existir y aceptáramos la vida y la muerte como algo natural

…si aceptáramos que este mundo lo compartimos con otros seres: plantas, animales, microorganismos y que de alguna forma todos nos encontramos ligados y nos necesitamos.

Si fuera posible todo esto y aprendiéramos a dejar de ser dominantes y a tratar con respeto nuestro entorno todo iría mejor.

Me reitero: es muy duro pensar así, duele mucho pensar esto y seguir adelante sabiendo que cada uno de tus actos afecta negativamente al planeta, pero si hay algo que me ha enseñado la ecología es que quizá yo no pueda cambiar el mundo, pero si puedo aportar mi granito de arena.

Piensa globalmente y actúa localmente

Pronto tendrás a tu disposición mi “Guía Orientativa sobre Sostenibilidad Ecológica en el Hogar” de manera gratuita para nuevos suscriptores donde te daré algunas pautas para reducir el daño medioambiental de nuestra vida diaria. Será mi manera de cumplir con esta premisa ecológica.

En cuanto a este tema animalístico la primera medida que tomamos en nuestra casa es básica: no poseemos animales.

Los  dos gatos que han vivido con nosotros fueron Lordi y Anselmo. Lordi tenía miedo de cruzar una carretera, se lo pensó y repensó hasta que nos acercamos y nos permitió cogerle para cruzar. Luego le soltamos pero se empeñó en seguirnos, tenía una herida en la pata. Le hicimos un refugio en el patio y le alimentamos hasta que se curó su herida y se fue. Lordi me dió una lección: un gato te necesita hasta que te deja de necesitar. Los animales son inteligentes.

Anselmo fue también clave en la formación de mi consciencia ecológica. Adoptamos a Anselmo según vimos su foto en una página de adopciones, queríamos un miembro más en nuestra familia y no nos cabía un bebé porque en aquel entonces nuestra casa era diminuta y mi marido y yo dormíamos en un colchón en el suelo. Un gatito negro de ojos grandes nos robó el corazón. 

respeto animal, adopta un gato negro
En nuestro caso, no salió tan bien…
La agencia de adopción te obligaba a comprometerte por escrito a ciertas cosas: debías vacunarle, castrarle, no dejarle salir a la calle, no permitirle acercarse a otros gatos, no alimentarle con piensos de marcas blancas, no negarte a visitas mensuales de los miembros de la agencia en tu hogar…sí, un montón de limitaciones algunas de ellas absurdas. Una cosa exagerada en cuanto a dominación del animal, algo así como toma este animal para que le cuides pero sigue siendo nuestro. 

Confiando en que ellos sabrían lo que es mejor para un gato hicimos todo lo que nos dijeron. El mismo día que le castraron, le pusieron dos vacunas porque según la veterinaria:

“Es un gato joven y fuerte, aguantará dos dosis”.

Pero no las aguantó y murió a la semana. Cuando lo comuniqué llorando a mares a la agencia de adopciones me culparon de no tener experiencia criando animales, de no haber seguido sus normas, etc. Me hicieron sentir fatal pero me dejaron claro que de la gente que hace un negocio en este caso encubierto con cualquier animal hay que desconfiar.

Con Anselmo murió un miembro de mi familia porque no le consideramos nunca una posesión y murió porque quisimos hacer las cosas al modo humano, murió por una causa que no venía programada en su naturaleza.

Y siento mucho ser tan tajante pudiendo ofender a mucha gente, lo siento de veras, no intento ofender a nadie, ni protectoras, ni centros de acogida de animales ni centros de adopciones, pero en este caso en concreto se portaron de muy mala manera dudando de mi capacidad y mi esfuerzo por criar a ese precioso ser lo mejor posible y más cuando había sido una negligencia suya. Una vez muerto quisieron hacerle autopsia, me negué y enterré al gato en el campo para incluirle de nuevo en el ciclo de la vida. 

En cuanto a mi experiencia criando animales… se reduce básicamente a toda mi vida rodeada de ellos. Hemos criado cerdos, conejos, generaciones de perros y gatos (muchos, tantos que no los podría ni contar), tortugas, hurones, erizos, gallinas, hamsters, cobayas, canarios, gallos, pavos… porque mi padre adora los animales, quizá de un modo utilitarista muy diferente a como los adoro yo.

El hecho de haber vivido en contacto con animales, viendo lo que necesitan, viendo cómo se mueven en entornos que no son los suyos, cómo enferman, cómo escapan a la mínima oportunidad, cómo mueren por causas ajenas a ellos…  junto con experiencias como las que te he contado me han hecho consciente de que el concepto que tenemos acerca del resto de seres vivos no es del todo correcto.

Hay que cuidar plantas y animales, si, pero no haciéndolas tuyas. No así. 

Y eso es lo que trato de enseñar a mis hijos, a respetar la vida de los demás seres que cohabitan con nosotros este planeta.

Al igual que a mi, a los niños les encantan los animales, pero no demandan una mascota porque entienden que un piso no es lugar para que un perro, un gato o un pájaro vivan encerrados.

La concepción maligna de mascota como posesión obviamente no se la he enseñado, porque es una percepción mía y colocarla en sus mentes sería adoctrinarles.

respeto por la naturaleza, elementos de observación animal


Muestran respeto a plantas y animales y las disfrutan. Casi todos los domingos hacemos largas caminatas con los prismáticos, la lupa, y la guía de aves en  la mochila y exploramos plantas, insectos y aves. Ayer por ejemplo, sacaron el cazamariposas, aunque no les hace falta porque si quieren coger una mariposa tienen técnicas mega sofisticadas para las que sólo necesitan dos dedos y una mariposa posada en un lugar, que te dejan muerta. Ni idea de cómo lo hacen, pero las cogen así en un suspiro y las mariposas como si nada. La miran, remiran y la sueltan.

Puede que mi postura sea extrema y agresiva, no te lo tomes como nada personal, sólo es mi modo especial de ver el mundo. Respeto tu opinión y tu postura en este tema aunque no lo comparta.

Lo que sí espero que compartamos es el hecho de que debemos educar en el respeto a todos los seres vivos para que el futuro sea diferente y quién sabe, quizá los niños que eduquemos hoy, salven el mundo de mañana porque poseen un conocimiento, un respeto y una sensibilidad que muchos no poseemos todavía.

Quien sabe…

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