Los trucos no son sólo trucos, queridos amigos. Cuando le enseñas a tu perro a sentarse, a dar la patita o a venir cuando lo llamas no sólo estás enseñándole a obedecer, no sólo consigues que haga una serie de acciones que a tus amigas les va a encantar…
Al enseñarle algunos trucos estás reforzando un comportamiento dócil y amigable, y lo que es más importante aún: lo estás protegiendo de los peligros que lo rodean.
Imagínate este caso. Paseas con tu perro por la calle; entonces ve un gato que echa a correr, y él, como es un perro y tiene instintos cazadores, corre tras él. Se te escapa la correa, lo llamas pero no te hace caso, el animal cruza la calle…Llega un coche y lo golpea.
Hay más casos igual de espeluznantes, como comida envenenada en cualquier esquina, al alcance de cualquier perro que coma lo que le apetezca, o incluso la posibilidad de que entre en una pelea aunque intentes impedirlo.
Pero hay algunos trucos muy útiles que pueden ayudarte. Gracias a ellos puedes controlar a tu perro, protegerlo de accidentes de coche o envenenamiento, a la par que te diviertes con él y mantienes una conducta ejemplar con la que muchos propietarios sueñan.
Rondan muchas historias sobre cómo los trucos que se enseñan por puro ocio han logrado salvar a los perros, o a sus dueños incluso. Por ejemplo está el caso de un niño que se perdió de vuelta del colegio, pero solía jugar al escondite con el perro de la familia, y fue así como lo encontraron. O como ya te he dicho antes, perros que han evitado un atropello al ser capaces de detenerse a la orden de sus dueños.
Aquí te voy a decir cuáles son los trucos más útiles que puedes enseñarle a tu perro:
- Acudir a tu llamada, para que, sea cual sea la circunstancia, venga a tu lado cuando lo llames.
- Sentarse. Puede que no parezca muy útil, pero cuando tu perro está nervioso, hiperactivo, brinca, salta y ladra, ordenarle que se siente puede aliviar la tensión y poner a tu mascota en un estado más relajado.
- Parar. Si tu perro corre es la mejor manera de que se detenga: enseñándole a detenerse a tu orden.
- Esperar. Que un perro esté ansioso por hacer algo puede ser un problema, puede llevarlo a no escucharte si lo llamas, así que enséñale a aguardar cuando se lo ordenes, a contener sus ansias para que siempre tenga un poco de atención en ti.
- Acostarse. Como en el anterior, alivia la tensión y el estrés y hace que tu perro se relaje.
- Buscar objetos. Puede parecerte sólo un juego, pero enseñarle a un perro a buscar objetos al final puede resultar muy beneficioso, no sólo porque gasta energía tanto física como mental, sino porque, por ejemplo, puedes indicarle que vaya a buscarte las llaves, sus propios juguetes o la correa de paseo.
Estos son, claro, sólo algunos de los trucos que puedes enseñarle a tu perro, ¡pero hay muchos! Son simplemente algunos de los más útiles, pero entre los otros puedes encontrar el conocido “dar la patita”, “rodar” o incluso “bailar”.
Pero no quiero extenderme. Muy pronto te explicaré a fondo cómo llevar a cabo cada uno de estos trucos, cómo enseñárselos a tu perro, pero ahora no quiero extenderme más.
Marcos Mendoza
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