Hablamos de animales salvajes al referirnos a los leones, los tigres, las gacelas... Y observamos atónitos las estampidas de los ñus, emigrando buscando la lluvia, aunque deban cruzar zonas hostiles llenas de depredadores siempre al acecho. Y cuando uno se despista es presa de leopardos o hienas. ¿Quién no ha visto alguna vez ese documental? Lo vemos como algo salvaje, lejos de nuestro entorno civilizado. Sin embargo está más cerca de lo que nosotros creemos. El mundo salvaje está aquí.
En el Bronx de Nueva York pude sentir un miedo irracional ante una mirada de un chaval de no más de 18 años. Yo iba en el autobús y él miraba desafiante desde la calle. Creo que no he vuelto a sentir esa sensación así ante nadie ni ante nada. Ese miedo atroz de que me pudiera pasar algo. Pero lo curioso del tema, y que entonces me hizo reflexionar, es que esa mirada no procedía de un animal salvaje o un ser irracional. Procedía de un ser humano, como yo o como el señor que iba delante en el autobús, que también miraba con recelo a ese ser que teníamos debajo. Esa persona, en un momento de su vida, había sido un inocente niño y, seguramente, de haberle visto entonces me habría provocado ternura y no miedo. Pero es probable que el entorno en el que vivió y muchas circunstancias hostiles le hicieran convertirse en una persona peligrosa. Como peligrosos son los delincuentes de Venezuela, los maridos locos de celos que no dudan en pegar a su mujer, los padres psicóticos y vengativos que matan a sus hijos con una sierra eléctrica o el chaval que mata a un chico de su pueblo por la razón que sea. Peligrosos son los hombres que entran en guerra con sus vecinos por poder y que provocan estampidas, como la de los ñus en el Serengeti, pero de hombres y mujeres que, como los animales, tratan de que sus crías no se queden atrás para no ser devorados. Peligrosos son los hombres que miran hacia otro lado para no ver la barbarie y para que no les quiten su pasto.
Si amigos, vivimos en un mundo salvaje en el que el peor enemigo del hombre es el hombre. No sé lo que podemos hacer pero hagamos algo. Pese a todo...
FELIZ JUEVES