Pancho llegó hace 12 años y era igualito que el perro de Scottex. Después creció y se convirtió en un adorable Golden Retriever, cariñoso y fiel (y una fábrica de babas y pelo, todo hay que decirlo jejeje).
Aun recuerdo cuando empecé a correr hace tres años y él quería salir conmigo. En cuanto me veía con las zapatillas puestas se ponía la mar de contento, pero por entonces ya empezaba a ser un poco mayor y no aguantaba mucho, así que después de un kilómetro le dejaba en casa y yo seguía con mi entrenamiento.
Llevaba unos años con una ligera cojera, pero eso no nos impedía dar unos largos paseos. De hecho, se me hace raro pensar que cuando vuelva a casa no voy a poder ir a pasear con él.
La cojera terminó dando paso a una enfermedad de la médula y ya no podía casi ni caminar, y al ser un perro tan grande ya no podía hacer una vida normal. Sé que donde esté nos estará cuidando y estará feliz comiendo papel higiénico a sus anchas (sí era su debilidad jejeje).
¡Hasta siempre amigo! Has sido un gran compañero.