Entre lo que podemos consumir hay caldos de todo tipo, pero todo sin alcohol, por supuesto. Y nuestros dueños pueden optar por quedarse en la sala de espera (tienen máquina de café, periódicos del día y unos cuantos iPads para entretenerse) o dejarnos al cuidado de, valga la redundancia, los cuidadores.
Todo esto en un espacio de 300 metros cuadrados. Me encantaría ser socio, aunque cueste unos 300 dólares al año. Quizás el único inconveniente es que, aunque seas socio y hayas pagado la cuota anual, la entrada a la discoteca cuesta otros 25 dólares, sin incluir la consumición. Aún así, quiero conocer ese lugar.
¿Llevarías a tu perro a este local?
(Foto: Ocholeguas.com)
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