Muchas personas tenemos ese prejuicio de que los perros pequeños son así de bonitos y adorables y no hay que regañarlos, porque, pobrecitos, ¡son tan chiquitos!
Así que, irónicamente, es muy fácil encontrar perros de razas pequeñas que ladran, muerden, rompen cosas, se orinan en cualquier parte… y “no pasa nada” porque “son chiquitos” y “es que es así”.
Es lo que sucede con el Pomerania, un perrito que no llega a los 4kg ni supera los 20cm de altura, y en el que es muy fácil encontrar comportamientos HORRIBLES que a un perro más grande no se le consentirían.
Es muy fácil ver a un Pomerania que es agresivo con los desconocidos, que es muy territorial, que orina en la casa y marca su territorio. Es “normal” que ladre mucho, sea posesivo con sus cosas y que le guste romper las tuyas.
¿Esto es realmente “normal”?
NO.
Es la excusa que nos damos con los perros chiquitos, porque tenemos la noción que para educar hay que golpear, ¿y cómo vas a golpear a este perrito de dos kilos que apenas levanta un palmo del suelo?
Bueno, si tienes un Pomerania y se porta mal…
No es normal que lo haga. Ni tampoco es bueno. De hecho, es malísimo tanto para ti COMO PARA ÉL.
No, para educarlo no necesitas golpear a esa diminuta bolita de pelo.
Como cualquier perro, el Pomerania puede ser adiestrado: con una serie de normas, constancia, un poco de disciplina y sobre todo muchos juegos, el comportamiento del Pomerania puede mejorar en cuestión de días. ¡Te lo prometo!
Marcos Mendoza
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