El Golden Retriever encuentra su origen en el Reino Unido, allá al año 1850, de mano de Lord Tweedmouth y con la intención de recobrar presas en tierra y agua, en especial aves acuáticas. No están muy claros sus ancestros (tiene una gran semejanza con el labrador retriever, pero hay dudas de que sea su antepasado), pero sí el resultado de las múltiples cruzas que nos llevaron hasta esta raza.
El Golden Retriever es de comportamiento tranquilo y sereno. Estamos ante un perro muy hogareño, tranquilo, paciente con los niños y un fantástico seguidor. No es de naturaleza destructiva no ladra sin motivo, tampoco tiene por costumbre cavar agujeros en el jardín ni es demasiado escapista. Por su tamaño algunas personas se sienten intimidadas, pero de hecho este perro es muy sociable y dulce; de hecho, no es una buena elección si queremos educarlo como perro de guardia, es demasiado tierno y amigable.
El Golden retriever es perfecto para primerizos que no saben muy bien cómo educar a un perro. En líneas generales es muy sencillo adiestrarlo, porque está siempre dispuesto a aprender más y a complacer a su dueño, así que manteniendo unas normas básicas de firmeza y consecuencia en nuestros actos, y una cierta dosis de ejercicio diario, ya será suficiente para educar a la perfección a nuestro fiel amigo.
Gracias a la ternura y paciencia propias de los Golden Retriever, hay una gran cantidad de instituciones que los usan en rehabilitaciones, en especial para niños, ancianos y personas con retrasos mentales o físicos, también con enfermos. La presencia dulce y cariñosa de este perro ayuda a las personas a sentirse mejor, y eso mejora sus propios tratamientos.
El comportamiento del Golden Retriever es en definitiva ejemplar, perfecto para primerizos y veteranos por igual. Con una personalidad muy dulce, dependiente y cariñosa, con una paciencia infinita y muchas ganas de complacer, sólo nos falta darle una educación adecuada para tener el perro ideal con el que muchos soñamos.
Saludos,
Marcos Mendoza