La frecuencia principal dominante del ronroneo, situada en el rango de los 20 y los 55Hz, pose una importante acción anabólica, y por este motivo están empezando a ser utilizadas en medicina ortopédica para la consolidación de fracturas y el tratamiento de la osteoartritis, tras comprobar que aceleran los procesos de curación y la creación de nuevo tejido. Cabe señalar que la frecuencia anabólica de los huesos se sitúa entre los 20 y 90 Hz pudiéndose también aplicar en el alivio del dolor agudo y crónico, en situaciones de pérdida de densidad ósea, en atrofia muscular, en la regeneración de tejido, y en la curación de heridas, ya que mejora la circulación local y la oxigenación, reduce el crecimiento bacteriano, inhibe la inflamación y mejora la cicatrización de huesos y los músculos.
USOS Y APLICACIONES TERAPÉUTICAS:
Tratamiento de apoyo para favorecer la recuperación en las siguientes situaciones:
Consolidación de fracturas.
Crecimiento óseo.
Tratamiento de la osteoartritis.
Procesos de curación y la creación de nuevo tejido.
Dolor agudo y crónico.
Pérdida de densidad ósea.
Atrofia muscular.
Regeneración de tejido.
Reparación de tendones.
Movilidad de las articulaciones.
Curación de heridas.
Cicatrización de huesos y los músculos.
Reducción del crecimiento bacteriano.
Inhibe la inflamación.
Jet lag.Estimulación de neuronal para la producción de serotonina y endorfinas, incidiendo en la calidad del sueño y el bienestar.
Disnea Pulmonar.
FORMA DE USO Y POSOLOGÍA:
El sonido del ronroneo de un gato, no tiene como objetivo deleitar nuestros oídos, su objetivo es nuestro sistema nervioso, la estructura de nuestro aparato locomotor y por supuesto nuestro campo electromagnético.
Nada de ponerse unos cascos en los oídos y escucharlo a todo volumen, todo lo contrario, se trata de crear un campo vibratorio alrededor del paciente, sea humano o animal, y eso se consigue con una proyección aérea del sonido, es decir con un altavoz externo, o bien, si el objetivo es tratar un trastorno del aparato locomotor, sería adecuado sostener unos auriculares de calidad (*con capacidad de reproducir adecuadamente frecuencias bajas ), sobre la zona afectada del paciente, por ejemplo en un hombro, en la rodilla, en la espalda… Nuestros órganos, nuestro sistema óseo y nuestra piel también tienen la capacidad de escuchar.
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