Para que luego digan que los gatos son independientes, que no tienen apego por sus dueños, que no son cariñosos... en fin. Aquí tenemos la prueba de que estas afirmaciones no son ciertas. Mirad con qué cariño y con qué nervios recibe este gatito a su dueño, un soldado que vuelve a casa después de pasar una temporada larga en el frente. ¡Buenísimo!
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