Lo más llamativo del Chow Chow es su forma, ese osito peludo y robusto con ojos caídos y morro grande. En muchos casos, parece pedir que lo abracemos… ¿no es verdad?
Pero lo cierto es que este perro es mucho más que un enorme peluche. De hecho, pese a su aspecto apacible, este perro puede llegar a ser muy terco… incluso frío con los humanos. Hoy quiero darte algunos datos interesantes sobre esta raza, cosas que quizá sabías… y otras que tal vez no. ¿Listo?
Como perro de vigilancia, es muy receloso con los desconocidos. De hecho, antaño era muy común verlos cuidando de los templos y evitando a los intrusos.
Puede ser distante, poco apegado, pero crea un vínculo especial con una sola persona, a la que protege con su vida si hace falta.
Como perro de trineo, tira de la correa con mucha frecuencia… ¡y tiene mucha fuerza! Pero tranquilo, se le puede enseñar a no hacerlo.
Se dice que es originario de Mongolia… y que, lamentablemente, era utilizado por su carne y su piel…
Durante mucho tiempo, se ha dicho que tienen mal temperamento… pero los expertos de hoy aseguran que es una cuestión de educación.
Uno de sus problemas de salud más recurrente es en los párpados, ya que su forma caída, por adorable que sea, puede repercutir en su salud.
No es un perro excepcionalmente enérgico, con lo que le basta una hora de paseo al día y algunos juegos contigo.
Necesita que lo peinen a diario para mantener ese precioso pelaje sano y sin enredos. ¡Hay que enseñarle que el cepillo es un buen amigo!
Estas son algunas curiosidades de hoy. ¿Qué te han parecido?
Marcos Mendoza
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