El Whippet es, en muchos sentidos, muy similar al galgo inglés; de hecho, se comenzaron a criar estos perros a finales del siglo XVIII, cuando la clase trabajadora no podía permitirse (en algún periodo era incluso ilegal) un galgo, así que criaron a un perro parecido, con la misma agilidad y velocidad, pero de menor tamaño.
Así nace el Whippet, de origen británico, un perro compacto de apenas 50cm de altura que no alcanza los 20kg, que conserva la agilidad y velocidad de los galgos a la vez que es inmensamente afectuoso con su familia.
Este es un perro enérgico y muy activo, hecho para correr en rapidísima estampida. De hecho, hoy todavía se practican las carreras de Whippet, donde persiguen un conejo mecánico a través de una pista recta, donde trabajan mejor.
Pero también es un perro muy familiar, tal vez influenciado por el trato en sus orígenes: lejos de ser maltratado y utilizado, los Whippet se alimentaban mejor que sus humanos y eran mimados y muy queridos (a pesar de ciertos “incidentes” durante las carreras).
En general, el Whippet es muy apegado y afectuoso, y siempre quiere estar en contacto con sus humanos, incluso mientras duermen. Tienen mucha tendencia a subir a camas y sofás y les gusta dormir con las personas.
Como último apunte, tres cosas que debes tener muy en cuenta para tener a un Whippet sano y feliz:
Es un perro que tiende al sobrepeso, así que mucho cuidado con la cantidad y la clase de comida.
Necesita mucho ejercicio, en parte por ese mismo problema, pero sobre todo por su enorme cantidad de energía. Es muy importante que juegue y se ejercite mucho para que esté tranquilo y no sufra de ansiedad.
Este perro, como la mayoría de los galgos, lleva muy mal el frío.
Eso es todo sobre este adorable perrito. ¿Qué opinas?
Marcos Mendoza
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