Ya quedó atrás la tendencia a recurrir a un can para labores de caza o vigilancia, o a un gato para eliminar las plagas de un determinado lugar. Aunque son muchos los casos en los que se decide adquirir un perro para tener la obligación de salir con él a pasear, la mayoría tiende a tomar esta decisión por el mero capricho de tener un animal de compañía y cuidarle. Según constatan los datos facilitados por Bayer, más del 75% de las personas propietarias de un can, lo consideran como un miembro más de la familia.
Dormir dentro y no fuera
Durante el día son muchas las actividades que se realizan con el perro, pero en España, a diferencia de otros países europeos como Alemania, Francia o Inglaterra, es un hábito instalarle una caseta en el exterior para que pase la noche. Estar tanto tiempo a la intemperie supone una amenaza constante de infecciones parasitarias, además de muchas otras enfermedades que, como la Leishmaniosis, pueden ocasionarle la muerte. Estas afecciones no sólo ponen en peligro la salud del perro, sino que también suponen una alarma para sus dueños.
Lo más aconsejable es habilitar un espacio dentro del hogar donde poner una cesta en la que el perro pueda dormir tranquilo sin molestar a nadie. Además, el hecho de pasar la noche fuera de casa hace que éste reaccione con más agresividad a los ladridos de otros perros; algo que no sucedería si estuviera dentro de la vivienda, porque se siente acompañado y protegido. El 12% de los ingleses, alemanes y franceses opta por dejar dormir a su mascota dentro de su cama, mientras que el 30% prefiere que duerma en el suelo, pero en la misma habitación.
Combinar mimos y cuidados
Cuando se opta por tener un perro o un gato, el dueño es el responsable de la salud de la mascota. Las tres reglas imprescindibles para que un animal esté mínimamente sano son: que tenga una cartilla sanitaria con las vacunaciones obligatorias, que realice una visita anual al veterinario y que tome los medicamentos necesarios para la desparasitación. No es suficiente con entregarle afecto y cariño, porque, aunque se considere que sus condiciones de vida son las adecuadas, hay enfermedades como los parásitos internos que no se pueden evitar, puesto que se adquieren en la calle, al contacto con las heces de otro perro afectado.
Bayer Sanidad Animal confirma que en este último año se ha experimentado un aumento del gasto destinado al cuidado, bienestar y manutención del animal doméstico, aunque no se hayan alcanzado las expectativas en cuanto a los cuidados idóneos, ya que las visitas al veterinario no han aumentado considerablemente.
España invierte poco en salud animal
En el ámbito europeo, España se sitúa en la cola de países que menos inversión realizan en la salud de las mascotas, según muestran las estadísticas correspondientes al estudio realizado. Ralf Ebert, Manager de Marketing y Ventas de Bayer Ibérica (División Sanidad Animal), expone la importancia que supone la visita anual al veterinario, realizada por el 50% de la proporción de dueños en Europa occidental: “al revisarse el estado de salud de la mascota periódicamente, se pueden detectar posibles enfermedades en un estado temprano”.
Además, este experto añade que si hoy en día las mascotas viven más años ha sido gracias a “los notorios avances de la medicina veterinaria”. Esta especialidad permite intervenir a tiempo en las enfermedades de tipo geriátrico, que cada vez son más abundantes, o en las mortales, como la diabetes o la insuficiencia cardiaca, para mantenerlas bajo control y convertir las letales en crónicas.
Protégelos contra los parásitos
Según los datos de este estudio, son numerosos los perros que carecen de protección ante el ataque de las pulgas, los insectos o las garrapatas. Estos parásitos se pueden combatir mediante medicamentos repelentes o colocándoles un collar antiparásitos, que se debe mantener durante todo el año, aunque en verano el riesgo es aún mayor. Estas cifras aumentan al hablar de enfermedades trasmisibles o intestinales, donde la mitad de los perros europeos no recibe ningún tratamiento para prevenirlas.
Existen diferentes señales que indican si tu mascota está siendo atacada por parásitos externos. En muchas ocasiones, además del constante picor que le producen, se le puede caer el pelo en diversas zonas del cuerpo o realizarse lesiones provocadas cuando se rasca excesivamente.
El hecho de tener una mascota no sólo requiere mimos y caricias, sino que, además, el cuidado básico que necesitan es fundamental. Para ello, es imprescindible disponer de tiempo para ofrecerle todas las atenciones que sean de carácter obligatorio. Es importante tener en cuenta estos aspectos a la hora de decidirse por adquirir un perro o un gato.