Se trata de una de las aves con mayor presencia dentro de las casas. No es extraño pasear por cualquier vecindario y escuchar el canto de estos simpáticos pájaros que parecen saludarnos a nuestro paso.
Universalmente conocido, el canario hunde sus orígenes en las Islas Canarias, si bien no sólo de este archipiélago español es oriunda esta alegre ave, ya que también desde las Ozores, Cabo Verde y Madeira fueron exportadas hacia el resto del mundo en el siglo XVI.
En Alemania, considerada la cuna de la cría del canario, se experimentaron mutaciones que fueron a dar con el ejemplar amarillo, un prototipo que en la retina de muchos todavía permanece como el canario original. Muy pocos saben que el silvestre (Serinus Canaria) es el 'abuelo' de todos los canarios. Era de color verde olivo, casi gris y su tamaño no sobrepasaba los 12 cm.
Cantos angelicales
El afán por mejorar algunas de sus características ha llevado a los criadores a centrarse bien en el canto, en el color o en la posición o postura. Las variedades de canario se enmarcan por tanto en alguna de estas tres categorías.
Cuando en lo que se hace énfasis es en la mejora de la habilidad para el canto, podemos encontrar especies como Timbrado Español, Rollier, Malinois y Cantor Americano. Es en los concursos de canaricultura donde mejor se aprecian los espectaculares sonidos que pueden llegar a interpretar estos pequeños pájaros.
El abanico de tonalidades dentro de los canarios llega a alcanzar un número cercano a 500. Blancos, rojos, naranjas, amarillos, bronce, verdes... y el más famoso dentro de esta categoría es la variedad denominada Sajonia. Son muy apreciadas las hibridaciones conseguidas a partir del lúgano rojo del norte de Sudamérica que aportan un color rojizo al canario sorprendente.
Dentro de los canarios de posición, postura y tamaño se aglutinan las especies que destacan por su poca convencionalidad frente al canario común: plumas rizadas, mayor tamaño, dibujos en el plumaje, crestas, etc. Algunos de estos ejemplares son el Hoso Japonés, Lizard, Border, Rizado de París, Rizado del Sur, Maniqués, Norwich, Giboso Español, Scotch Fancy, Fife Fancy y Gloster.
Un hogar adecuado
El primer paso que hay que dar si nos hemos decido por un canario como mascota es elegir la jaula adecuada. Existen modelos muy sugerentes en el mercado, pero es más recomendable, por el bien del animal, que prime la funcionalidad sobre la estética a la hora de escoger la 'habitación' de nuestro amigo.
Si somos amantes a ultranza de los canarios y queremos tener varios, es importante que compremos jaulas diferentes porque se trata de pájaros muy territoriales. Una jaula de material metálico de 40 x 25 x 25 cm. es una buena opción para un ejemplar. Hay que fijar la jaula en la pared de forma que no se mueva para que el pájaro no se lastime saltando de una varilla a otra.
El habitáculo del canario debe estar protegido de corrientes de aire, del sol excesivo y fuera del alcance de otros animales. Al caer la noche, cubriremos la jaula con una funda para evitar la visita indeseable de mosquitos y del frío.
La higiene dentro de la jaula es otro de los factores con los que seremos altamente cuidadosos. Las varillas, bebederos, comederos y resto de accesorios deben estar limpios de suciedad y de excrementos acumulados.
Dieta y reproducción
La dieta básica de un canario se compone de semillas como alpiste, nabina, avena o cañamones. Un aporte extra lo constituye la manzana y la lechuga, sobre todo esta última, que les encanta. También podemos hallar en las tiendas componentes especiales con vitaminas dirigidos a mejorar el canto o el color.
Trucos para una digestión saludable son el típico hueso de sepia colocado en la jaula o el montoncito de arena limpia. Aunque la ingesta de los canarios no sea más grande que una cucharada sopera diaria, los comederos deben estar siempre llenos y limpios, al igual que el bebedero, siempre con agua limpia y fresca.
El sexo de los canarios está unido a su capacidad de cantar: sólo los machos pueden hacerlo. Antes del año de vida, los canarios ya están preparados para aumentar su familia. La temporada elegida suele ir de finales de marzo a principios de abril, por tanto es la primavera la estación de la reproducción de estos pájaros.
El proceso que debe seguirse es muy sencillo: las parejas se juntan en jaulas amplias y se prepara un nido. El primer huevo debe ser sustituido por uno falso y así sucesivamente con el resto para, después, volverlos a sustituir todos a la vez y que puedan nacer las crías todas juntas.